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Contendemos con una fuerza que cautiva cuerpo, mente y alma 2MCP 396

Se está apoderando del mundo un afán nunca visto. En las diversiones, en la acumulación de dinero, en la lucha por el poder, hasta en la lucha por la existencia hay una fuerza terrible que embarga el cuerpo, la mente y el alma. En medio de esta precipitación enloquecedora, Dios habla. Nos invita a apartarnos y tener comunión con él. “Estad quietos y conoced que yo soy Dios”. Salmos 46:10.—La Educación, 260 (1903). 2MCP 396.2