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No consideremos demasiado nuestras emociones 2MCP 400

No es prudente que nos miremos a nosotros mismos y estudiemos nuestras emociones. Si lo hacemos, el enemigo nos presentará dificultades y tentaciones que debiliten la fe y aniquilen el valor. El fijarnos por demás en nuestras emociones y ceder a nuestros sentimientos es exponernos a la duda y enredarnos en perplejidades. En vez de mirarnos a nosotros mismos, miremos a Jesús.—El Ministerio de Curación, 193 (1905). 2MCP 400.2