Go to full page →

El espíritu de Dios transforma las emociones negativas 2MCP 400

Cuando el Espíritu de Dios se posesiona del corazón, transforma la vida. Se desechan los pensamientos pecaminosos, se renuncia a las malas acciones. El amor, la humildad y la paz ocupan el lugar de la ira, la envidia y las rencillas. La tristeza es desplazada por la alegría y el semblante refleja el gozo del cielo. Nadie ve la mano que levanta la carga ni cómo desciende la luz de los atrios celestiales. La bendición llega cuando el alma se entrega a Dios por fe. Entonces ese poder, que ningún ojo humano puede ver, crea un nuevo ser a la imagen de Dios.—MeM 47 (1908). 2MCP 400.3