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No confiesen pecados secretos a otros seres humanos a menos que sean guiados a ello por el Espíritu Santo (consejo a la congregación) 2MCP 416

Preséntenles estos pensamientos a las personas que les piden que oren por ellas: “Somos seres humanos; no podemos leer el corazón ni conocer los secretos de su vida. Únicamente usted y Dios los conocen”. 2MCP 416.3

Si se arrepienten ahora de sus pecados, si ven que en alguna circunstancia no han andado de acuerdo con la luz que Dios les dio, y no han honrado su cuerpo, templo del Señor, sino que debido a malos hábitos lo han degradado, sin recordar que es propiedad de Cristo, confiesen esas cosas a Dios. A menos que el Espíritu Santo los guíe de una manera especial a confesar sus pecados privados a alguien, ni siquiera los susurren a nadie.—Our Camp Meetings [Nuestros congresos], pp. 44, 45, 1892; Counsels on Health, 373, 374. 2MCP 416.4