Go to full page →

Hagan de Dios su confidente 2MCP 417

Cada uno necesita una experiencia práctica respecto de confiar en Dios por sí mismo. Que ningún hombre llegue a ser su confidente; abran su corazón a Dios; cuéntenle todo secreto de su alma. Preséntenle sus dificultades, grandes y pequeñas, y él les mostrará cómo salir de todas. Solo él puede saber cómo darles precisamente la ayuda que necesitan.—Obreros Evangélicos, 432, 433 (1915). 2MCP 417.1