Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas. Me alegraré y me regocijaré en ti. Cantaré a tu nombre, oh Altísimo. Salmos 9:1, 2. RP 74.1
Nosotros debemos tener más fe. Creamos en la salvación. Vayamos a Dios y rindámonos a él con fe, y él nos dará un carácter como el de Cristo. Esto debemos repetirlo a todos una y otra vez. Al estar unidos a Cristo podemos darlo a conocer al mundo. Entonces cesarán todas nuestras vacilaciones y obras hechas por casualidad. RP 74.2
Honramos a Dios mostrando una fe firme y una recta confianza. Recordemos que el Señor no es glorificado por la exteriorización de un espíritu displicente e infeliz. Si Dios cuida de las flores y les da perfume y hermosura, ¿cuánto más nos dará la fragancia de un carácter alegre? ¿Será que no quiere o no puede restaurar en nosotros la imagen divina? Tengamos fe en él. Ahora mismo pongámonos en una situación en la que podamos recibir el Espíritu que él nos ofrece. De este modo podremos dar a conocer al mundo lo que hace la verdadera religión en favor del hombre y de la mujer. El gozo de la salvación llenará los corazones, y la paz y la confianza nos hará decir: “Yo sé que mi Redentor vive”. Job 19:25. RP 74.3
El Señor ha manifestado con claridad en su Palabra que su pueblo es gente gozosa. La verdadera fe levanta las manos y las pone sobre Uno que está detrás de las promesas: “Y se multiplicará la paz de tus hijos”. Isaías 54:13. “He aquí que yo extiendo sobre ella paz como un río”. Isaías 66:12. “He aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo”. Isaías 65:18. En Dios podemos alegrarnos “con gozo inefable y glorioso”. 1 Pedro 1:8. “Benditas serán en él todas las naciones. Lo llamarán bienaventurado”. Salmos 72:17. Esforcémonos para educar a los creyentes a regocijarse en el Señor. El gozo espiritual es resultado de una fe activa. El pueblo de Dios ha de estar lleno de fe y del Espíritu Santo. Entonces podrá ser glorificado en ellos.—Bible Training School, 1 de abril de 1905. RP 74.4