Nadie presente bellas sofisterías científicas para adormecer al pueblo de Dios. No revistáis la solemne y sagrada verdad para este tiempo con una vestimenta fantástica de sabiduría humana. Los que han estado haciendo esto, deténganse y clamen a Dios para salvar sus almas de las fábulas engañosas. 1MS 187.2
La energía viviente del Espíritu Santo es la que conmoverá los corazones, no las teorías agradables y engañosas. Las afirmaciones fantásticas no son el pan de vida. No pueden salvar al alma del pecado. 1MS 187.3
Cristo fue enviado del cielo para redimir a la humanidad. Enseñó las doctrinas que Dios le dio para enseñar. Las verdades que proclamó, como se encuentran en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, debemos proclamarlas hoy como el mensaje del Dios viviente. 1MS 187.4
Los que desean el pan de vida, vayan a las Escrituras, no a las enseñanzas de hombres finitos y falibles. Dad a la gente el pan de vida que Cristo vino a traernos del cielo. No mezcléis con vuestras enseñanzas suposiciones humanas y conjeturas. Ojalá todos supieran cuánto necesitan comer la carne y beber la sangre del Hijo de Dios: hacer de sus palabras una parte de sus vidas.—Manuscrito 44, 1904. 1MS 187.5