Y ahora, así dice Jehová Criador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Isaías 43:1. NEV 44.1
Todo hombre y mujer ha recibido el rescate pagado por Jesús: “No sois vuestros. Habéis sido comprados por precio” con la preciosa sangre del Hijo de Dios.—Manuscrito 42, 1890, pp. 12. NEV 44.2
Nos entreguemos o no al Señor, siempre le pertenecemos. No sois vuestros; habéis sido comprados por precio. Somos del Señor por creación, y le pertenecemos por redención. Por lo tanto, no tenemos derecho a pensar que podamos hacer lo que nos plazca. Todo lo que manejamos le pertenece al Señor. Por derecho propio nada nos pertenece, ni aun la existencia. Todo nuestro dinero, tiempo y talentos, son de Dios, y nos han sido prestados para que podamos cumplir la obra que él nos ha dado. El nos ha dejado el encargo: “Negociad entre tanto que vengo”. Lucas 19:13.—Carta 97, 1898, pp. 8, 9. NEV 44.3
No os ocupéis en serviros a vosotros mismos, y en haceros indiferentes a las demandas de Dios sobre vosotros. Sois propiedad suya. ... Jesús os ha comprado a un costo infinito. Vuestros pensamientos debieran mantenerse puros; le pertenecen al Señor. Dadlos a él. No podemos merecer nada de Dios. No podemos darle ninguna cosa que no sea suya. ¿Le negaremos a Dios lo que le pertenece? No le robemos a Dios, y no empeñemos en el mundo el tiempo de Dios, sus talentos, y su fortaleza. El pide vuestros afectos; dádselos. Le pertenecen. El pide vuestro tiempo, momento a momento; dádselo. Es suyo. El pide vuestro intelecto; dádselo. Le pertenece. ... NEV 44.4
Dios quiere su propiedad. Cuando le hayamos dado a Dios el alma, el cuerpo y el espíritu; cuando hayamos mantenido el apetito bajo el control de la conciencia iluminada, y luchado contra toda pasión, demostrando que consideramos cada órgano como la propiedad de Dios, destinada a su servicio; cuando todos los afectos se muevan en armonía con la mente de Dios, ... entonces le habremos dado a Dios lo que le pertenece. Oh Dios, “porque todo es tuyo, y lo recibido de tu mano te damos”. 1 Crónicas 29:14.—Carta 23, 1873. NEV 44.5