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Un paralítico espiritual SC 134

La fuerza viene con el ejercicio. Todos los que ponen en uso las facultades que Dios les ha dado, tendrán capacidad acrecentada para dedicar a su servicio. Los que no hacen nada en la causa de Dios, dejarán de crecer en la gracia y en el conocimiento de la verdad. Un hombre que permanece sentado y rehusa ejercitar sus miembros, perderá pronto toda facultad de usarlos. De la misma forma el cristiano que no ejercita las facultades que Dios le ha dado, no solamente deja de crecer en Cristo, sino que pierde la fuerza que una vez tenía. Se convierte en un paralítico espiritual. Son aquellos que, con todo amor a Dios y a sus semejantes, están luchando para ayudar a otros, los que llegan a estar establecidos, fortalecidos y afirmados en la verdad. El verdadero cristiano trabaja para Dios, no por impulso, sino por principio; no durante un día o un mes, sino durante toda su vida.—Testimonies for the Church 5:393. SC 134.4