A su venida, él [el Señor] examinará cada talento, y exigirá los intereses de los capitales que nos confiara. Por su propia humillación y agonía, por su vida de trabajo y su muerte ignominiosa, Jesús pagó ya los servicios de quienquiera que lleve su nombre y profese ser su siervo.—Joyas de los Testimonios 3:338, 339. SC 137.3
Dios me ha dado un mensaje para sus hijos. Deben despertar, extender sus tiendas y ensanchar sus límites. Mis hermanos y hermanas, habéis sido comprados por precio, y todo lo que tenéis y lo que sois ha de ser usado para la gloria de Dios y para el bien de vuestros semejantes. Cristo murió en la cruz para salvar al mundo que perece en el pecado. El pide vuestra cooperación en esta obra. Habéis de ser su mano ayudadora. Con esfuerzo fervoroso e incansable habéis de tratar de salvar a los perdidos. Recordad que fueron vuestros pecados los que hicieron necesaria la cruz.—Testimonies for the Church 7:9. SC 138.1
Los seguidores de Cristo han sido redimidos para servir. Nuestro Señor enseña que el verdadero objeto de la vida es el ministerio. Cristo mismo fué obrero, y a todos sus seguidores les presenta la ley del servicio, el servicio a Dios y a sus semejantes... La ley del servicio viene a ser el eslabón que nos une a Dios y a nuestros semejantes.—Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 297. SC 138.2