Cuando empiece el juicio y los libros sean abiertos, cuando sea pronunciado el “Bien hecho” del gran Juez, y colocada en la frente del vencedor la corona de gloria inmortal, muchos levantarán sus coronas a la vista del universo reunido y, señalando a sus madres, dirán: “Ella hizo de mí todo lo que soy mediante la gracia de Dios. Su instrucción, sus oraciones, han sido bendecidas para mi salvación eterna”.—Mensajes para los Jóvenes, 328 (1881). EUD92 298.1
Los ángeles de Dios inmortalizan los nombres de las madres cuyos esfuerzos han ganado a sus hijos para Jesucristo.—Conducción del Niño, 537-538 (1895). EUD92 298.2