Recibí confirmación acerca de todo lo que había declarado en Minneapolis, en cuanto a que debe realizarse una reforma en las iglesias. Deben producirse reformas, porque ha habido debilidad y ceguera espirituales en el pueblo que fue bendecido con gran luz y preciosas oportunidades y privilegios. Como reformadores, habían salido de las iglesias denominacionales, pero ahora juegan un papel semejante al que habían desempeñado las iglesias. Esperábamos que no habría necesidad de otra salida.3Esta es la única declaración conocida de la pluma de Elena de White indicando que podría haber perdido confianza en la organización de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. La duda que ella expresó aquí nunca se repitió durante los restantes 26 años de su vida. Aunque procuraremos mantener la “unidad del Espíritu” en el vínculo de la paz, con la pluma y la voz no cesaremos de protestar contra el fanatismo.—The Ellen G. White 1888 Materials, 356-357 (1889). EUD92 49.2
De aquellos que se jactan de su luz y sin embargo no andan en ella, Cristo dice: “Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón, que para vosotras. Y tú, Capernaúm [adventistas del séptimo día, que han tenido gran luz], que eres levantada hasta el cielo [en materia de privilegios], hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy”.—RH, 1 de agosto de 1893.4Los comentarios entre corchetes pertenecen a Elena de White. EUD92 49.3
La iglesia se encuentra en el estado laodicense. La presencia de Dios no está en su medio.—Notebook Leaflets from the Elmshaven Library 1:99 (1898).< EUD92 50.1