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Opositores de la verdad*Véase el Apéndice. 1TPI 113

Se me presentó el caso de Stephenson y Hall, de Wisconsin. Vi que mientras nos encontrábamos en Wisconsin en junio de 1854, ellos habían tenido la convicción de que las visiones procedían de Dios; pero las examinaron y las compararon con sus conceptos de la Epoca Futura, y como las visiones no concordaban con éstos, sacrificaron las visiones y mantuvieron sus ideas acerca de la Epoca Futura. Mientras se encontraban de viaje en el este la primavera pasada, ambos actuaron mal y fueron intrigantes. Han tropezado en la teoría de la Epoca Futura, y están listos a tomar cualquier iniciativa que perjudique a la Review. Los amigos de la revista deben despertarse y hacer todo lo posible por salvar del engaño a los hijos de Dios. Estos hombres se están vinculando con gente mentirosa y corrompida. Han tenido evidencia de eso. Y mientras profesan simpatía y unidad con mi esposo, ellos (especialmente Stephenson) caían como víboras a su espalda. Mientras hablaban suavemente con él, al mismo tiempo estaban inflamando Wisconsin contra la Review y sus directores. Especialmente Stephenson participaba activamente en este asunto. Su objeto era conseguir que la Review publicara la teoría de la Edad Futura, y en caso contrario destruir su influencia. Y mientras mi esposo actuaba con sinceridad y sin sospechar nada, procurando encontrar la forma de deshacer sus celos, y mostrándoles francamente los asuntos de la oficina, y procurando ayudarles, ellos observaban en busca de algo que estuviera mal y miraban todo con ojos celosos. Mientras los contemplaba, el ángel dijo: “¿Piensan ustedes, hombres débiles, que podrán detener la obra de Dios? Hombres débiles, un toque de su dedo puede dejaros postrados. Os soportará solamente por poco tiempo”. 1TPI 113.1

Se me señaló el comienzo de la doctrina adventista, y aun antes de ese tiempo, y vi que no había habido nada semejante al engaño, la tergiversación y la falsedad que habían sido practicados por el grupo que publicaba el Messenger (Mensajero), y una asociación semejante de corazones corrompidos bajo la toga de la religión. Algunos corazones sinceros han sido influidos por ellos, y han concluido que deben tener por lo menos alguna razón que justifique sus declaraciones, pensando que estas personas son incapaces de pronunciar falsedades tan evidentes. Vi que tales individuos tendrían evidencia de la verdad en estos asuntos. La iglesia de Dios debiera avanzar directamente, como si no existiera esta gente en el mundo. 1TPI 113.2

Vi que era necesario hacer esfuerzos definidos para mostrar a los que llevan una vida impía el daño que están haciendo, y si no se reforman, debieran ser separados de los rectos y santos, para que Dios tenga un pueblo limpio y puro en el que se pueda complacer. No deshonréis a Dios vinculando o uniendo lo limpio con lo impuro. 1TPI 114.1

Se me mostró algunos que iban del este al oeste. Vi que el propósito de los que viajaban del este al oeste no debía ser hacerse ricos, sino ganar almas para la verdad. El ángel dijo: “Que vuestras obras muestren que no ha sido por honor o en busca de tesoros terrenales, que os habéis trasladado al oeste, sino para levantar y exaltar el estandarte de la verdad”. Vi que los que se trasladan al oeste debieran comportarse como personas que esperan a su Señor. El ángel dijo: “Sed ejemplos vivientes para los que viven en el oeste. Que vuestras palabras muestren que sois pueblo peculiar de Dios, y que tenéis una obra peculiar que llevar a cabo, dar el último mensaje de misericordia al mundo. Que vuestras obras muestren a los que están a vuestro alrededor que este mundo no es vuestro hogar”. Vi que los que se habían enredado debían romper la trampa del enemigo y libertarse. No os hagáis tesoros en la tierra, sino que mostrad por vuestras vidas que estáis haciendoos tesoros en el cielo. Si Dios os ha llamado a ir al oeste, él tiene una obra, una obra exaltada, para que hagáis. Que vuestra fe y experiencia ayuden a los que no poseen una experiencia viviente. Que vuestra atracción no se fije en este pobre mundo, que es un grano de polvo, sino dejadla dirigirse hacia arriba, hacia Dios, hacia la gloria y hacia el cielo. Que las preocupaciones y la perplejidad ocasionadas por las granjas no os llenen la mente, sino gozaos en la contemplación de la granja de Abraham. Somos herederos de esa herencia inmortal. Quitad vuestros afectos de la tierra y espaciaos en las cosas celestiales. 1TPI 114.2

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