Estimados hermanos y hermanas: El Señor me ha mostrado en visión algunas cosas concernientes a la tibieza actual de la iglesia, las cuales os relataré. La iglesia me fue presentada en visión. Dijo el ángel a la iglesia: “Jesús te habla: ‘Sé celoso y arrepiéntete’”. Apocalipsis 3:19. Vi que esta obra ha de ser emprendida con fervor. Hay algo de qué arrepentirse. La mentalidad mundanal, el egoísmo y la codicia han estado carcomiendo la espiritualidad y la vida del pueblo de Dios. 1TPI 134.1
El peligro que han recorrido los hijos de Dios durante los últimos años ha sido el amor al mundo. De éste han nacido los pecados del egoísmo y de la codicia. Cuanto más obtienen de este mundo, tanto más fijan sus afectos en él; y tanto más procuran obtener. Dijo el ángel: “Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para el rico entrar en el reino de Dios”. Sin embargo, muchos de los que profesan creer que poseemos la última nota de amonestación para el mundo, están esforzándose con toda su energía para colocarse en la situación en la cual es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para ellos entrar en el reino. 1TPI 134.2
Estos tesoros terrenales son bendiciones cuando se usan debidamente. Los que los poseen deben comprender que Dios se los ha prestado y deben gastar gozosamente sus recursos para hacer progresar su causa. No perderán su recompensa aquí. Serán considerados bondadosamente por los ángeles de Dios y se harán también un tesoro en el cielo. 1TPI 134.3
Vi que Satanás observa el temperamento peculiar egoísta y codicioso de algunos que profesan creer la verdad, y los tentará prosperando su camino y ofreciéndoles las riquezas de la tierra. Sabe que si no vencen su temperamento natural, tropezarán y caerán al amar a Mammón y adorar su ídolo. Con frecuencia Satanás logra su objeto. El fuerte amor al mundo vence o absorbe el amor a la verdad. Les son ofrecidos los reinos del mundo, y ellos se apoderan ávidamente de sus tesoros, y piensan que son admirablemente prosperados. Satanás triunfa porque su plan ha tenido éxito. Ellos han abandonado el amor de Dios por el amor del mundo. 1TPI 134.4
Vi que aquellos que son así prosperados pueden estorbar el designio de Satanás si deciden vencer su codicia egoísta poniendo todas sus posesiones sobre el altar de Dios. Cuando ven dónde se necesitan recursos para hacer progresar la causa de Dios y ayudar a la viuda y a los huérfanos y afligidos, deben dar alegremente, y así hacerse tesoros en el cielo. 1TPI 135.1
Oíd el consejo del Testigo fiel: Comprad oro afinado en el fuego, a fin de que seáis ricos, ropas blancas para que estéis vestidos, y colirio a fin de que veáis. Haced algún esfuerzo. Estos tesoros preciosos no descenderán sobre nosotros sin esfuerzo alguno de nuestra parte. Debemos comprar, ser celosos y arrepentirnos de nuestro estado de tibieza. Debemos despertarnos para ver nuestros males, buscar nuestros pecados y arrepentirnos fervorosamente de ellos. 1TPI 135.2
Vi que los hermanos acaudalados deben apartarse de estos tesoros terrenales, y vencer su amor al mundo. Muchos de ellos aman a este mundo y sus tesoros, pero no quieren darse por enterados. Deben ser celosos y arrepentirse de su codicia egoísta, a fin de que el amor de la verdad pueda absorber todo lo demás. Vi que muchos de los que poseen riquezas no comprarán el oro, ni las vestiduras blancas ni el colirio. Su celo no se caracteriza por una intensidad ni fervor proporcionales al valor del objeto que están buscando. 1TPI 135.3
Vi a estos hombres mientras luchaban por los bienes terrenales. ¡Qué celo manifestaban, qué fervor, qué energía para obtener un tesoro terrenal que ha de pasar pronto! ¡Qué fríos cálculos hacían! Trazaban planes, se afanaban constantemente, y sacrificaban sus comodidades por el tesoro terrenal. Un celo parecido de su parte por obtener el oro, la vestidura blanca y el colirio los pondría en posesión de estos tesoros inestimables y de la vida eterna en el reino de Dios. Vi que si hay quienes necesitan colirio, son los que poseen bienes terrenales. Muchos de ellos están ciegos en cuanto a su propio estado y a su firme apego a este mundo. ¡Ojalá que viesen! 1TPI 135.4
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo”. Apocalipsis 3:20. Vi que muchos tienen tanta escoria acumulada ante la puerta del corazón que no pueden abrirla. Algunos tienen que eliminar las dificultades que tienen con sus hermanos. Otros tienen que eliminar el mal genio o la codicia antes que puedan abrir la puerta. Otros colocan el mundo delante de la puerta de su corazón, y así la cierran. Toda esta escoria tiene que ser quitada. Entonces podrán abrir la puerta y dar la bienvenida al Salvador. 1TPI 135.5
En la visión me fue mostrado cuán preciosa es la promesa: “Entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. ¡Oh, qué admirable es el amor de Dios! A pesar de toda nuestra tibieza y nuestros pecados nos dice: “Tornaos a mí y yo me tornaré a vosotros, y sanaré todas vuestras rebeliones”. El ángel lo repitió unas cuantas veces: “Tornaos a mí y yo me tornaré a vosotros, y sanaré todas vuestras rebeliones”. 1TPI 136.1
Vi que algunos volverán gozosamente. En cambio otros no permitirán que este mensaje dado a la iglesia de Laodicea ejerza influencia sobre ellos. Seguirán actuando más o menos como antes, y la boca del Señor los vomitará. Únicamente aquellos que se arrepientan celosamente recibirán el favor de Dios. 1TPI 136.2
“Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. Apocalipsis 3:21. Podemos vencer plenamente y por completo. Jesús murió para hacernos un camino de salida, a fin de que pudiésemos vencer todo mal genio, todo pecado, toda tentación y sentarnos al fin con él. 1TPI 136.3
Es nuestro privilegio tener fe y salvación. El poder de Dios no ha disminuido. Vi que su poder nos sería concedido tan libremente como antes. La iglesia de Dios es la que ha perdido su fe para pedir su energía para luchar y clamar como Jacob: “No te dejaré, si no me bendices”. Génesis 32:26. La fe perseverante se ha ido muriendo. Debe revivir en el corazón de los hijos de Dios. Se debe solicitar la bendición de Dios. La fe, la fe viva nos eleva siempre hacia Dios y la gloria; la incredulidad nos arrastra hacia abajo a las tinieblas y la muerte. 1TPI 136.4
Vi que la mente de algunos miembros de la iglesia no ha funcionado correctamente. Algunos, de temperamento peculiar, se han valido de sus propias nociones para medir a sus hermanos. Si algunos no estaban completamente de acuerdo con ellos, en seguida se producían dificultades en el campamento. Algunos han colado el mosquito y tragado el camello. 1TPI 136.5
Estos preconceptos han sido tolerados demasiado tiempo. Se ha efectuado una búsqueda en un pajar. Y cuando no surgieron verdaderas dificultades en la iglesia, se fabricaron pruebas. La mente de la iglesia y de los siervos del Señor queda desviada de Dios, la verdad y el cielo, para espaciarse en las tinieblas. Satanás se deleita en que continúen haciéndose tales cosas, pues eso lo satisface. Pero ninguna de estas pruebas es de las que han de purificar a la iglesia, ni aumentarán al fin la fuerza del pueblo de Dios. 1TPI 136.6
Vi que algunos se están marchitando espiritualmente. Han vivido durante algún tiempo velando para mantener a sus hermanos en el camino recto, observando todo defecto para crearles dificultades. Y mientras hacían esto, su mente no se aferraba a Dios ni al cielo ni a la verdad, sino precisamente donde Satanás quiere que se aferre: a alguna otra persona. Los tales han descuidado sus almas; rara vez advierten sus propios defectos, porque han tenido bastante que hacer para observar los defectos ajenos. Ni siquiera analizan sus propias almas ni escudriñan su propio corazón. Les llama la atención el vestido de una persona, su sombrero o su delantal. Deben hablar a éste o aquél, y esto basta para ocuparlos durante semanas. Vi que toda la religión de algunas pobres almas consiste en observar la vestimenta y las acciones de los demás, y censurarlas. A menos que se reformen no habrá lugar para ellas en el cielo, porque hasta criticarán al Señor mismo. 1TPI 137.1
Dijo el ángel: “Estar en paz con Dios es una obra individual”. Se efectúa entre Dios y nuestra propia alma. Pero cuando las personas se preocupan tanto por los defectos ajenos, no se cuidan de sí mismas. Estas personas llenas de preconceptos y de tendencias a la censura se curarían probablemente de su hábito si trataran directamente con el prójimo a quien consideran equivocado. Esto les resultaría tan difícil que renunciarían a sus opiniones antes que hacerlo. Pero es fácil hablar con libertad de esta o aquella persona, cuando el acusado no está presente. 1TPI 137.2
Algunos piensan que es malo procurar observar orden en el culto de Dios. Pero he visto que tal cosa no es peligrosa. He visto que la confusión desagrada al Señor, y que debe haber orden en la oración y también en el canto. No debemos ir a la casa de Dios a orar por nuestras familias, a menos que nos induzca a ello un profundo sentimiento, mientras el Espíritu de Dios las está convenciendo. Generalmente, el momento apropiado para orar por nuestras familias es el culto de familia. Cuando las personas objeto de nuestras oraciones están lejos, la cámara secreta es el lugar apropiado donde se puede interceder ante Dios en su favor. Cuando estamos en la casa de Dios, debemos pedir por una bendición para ese momento y esperar que Dios oirá y contestará nuestras oraciones. Estas reuniones serán interesantes y llenas de vida. 1TPI 137.3
Vi que todos deben cantar con el espíritu, y también con el entendimiento. A Dios no le agrada la confusión de voces y la discordia. Siempre le agrada más lo correcto que lo erróneo. Y cuanto más correcto y armonioso sea el canto del pueblo de Dios, tanto más glorificado será el Señor, beneficiada la iglesia y afectados favorablemente los incrédulos. 1TPI 138.1
Se me ha mostrado el orden perfecto del cielo, y he quedado arrobada al escuchar la música perfecta que se oye allí. Después de salir de la visión, el canto terrenal me pareció muy áspero y discordante. He visto compañías de ángeles dispuestos en forma de un cuadrado hueco, cada uno con un arpa de oro. En el extremo del arpa había un dispositivo que se gira para ajustar el arpa o cambiar el tono. Sus dedos no recorrían descuidadamente las cuerdas, sino que pulsaban distintas cuerdas para producir diferentes sonidos. Hay un ángel que siempre guía, que toca primero el arpa y da el tono; luego todos se unen para producir la armoniosa y perfecta música del cielo. Es indescriptible esa melodía celestial y divina, que vibra mientras todo rostro refleja la imagen de Jesús, cuya gloria resplandece con brillo inefable. 1TPI 138.2
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