El día antes de que se iniciase el campestre de Nueva Zelanda en abril de 1893, Elena de White dirigió una carta a un Sr. Stanton, en Norteamérica, que había comenzado a enseñar que la Iglesia Adventista del Séptimo Día, debido a la apostasía, se había convertido en Babilonia. Ella escribió: MV 364.3
Apreciado Hno. Stanton: MV 364.4
Le dirijo unas pocas líneas. No estoy de acuerdo con la posición que usted ha tomado, porque el Señor me ha mostrado que los que están en error tomarán precisamente tales posiciones. Pablo nos ha dado una advertencia a este efecto: “El Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios”. MV 364.5
Mi hermano, me entero que usted está tomando la posición de que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es Babilonia y que todos los que se salvarían deben salir de ella. Usted no es el único hombre a quien el enemigo ha engañado en este asunto. Durante los últimos cuarenta años, se ha levantado un hombre tras otro, sosteniendo que el Señor lo ha enviado con el mismo mensaje. Pero permítame decirle... que este mensaje que usted está proclamando es un mensaje de engaños satánicos ideado para crear confusión entre las iglesias. Mi hermano, usted ciertamente está despistado (Carta 57, 1893). MV 364.6
Al escribirle muy seriamente, tocó varios puntos: MV 364.7
No procure interpretar mal y tergiversar y pervertir los testimonios para fundamentar cualquiera de esos mensajes erróneos. Muchos han recorrido este terreno y han hecho gran daño. Cuando otros comenzaron a proclamar este mensaje, llenos de celo, vez tras vez se me ha mostrado que no es la verdad... MV 364.8
Dios tiene una iglesia sobre la tierra, que es su pueblo escogido, que guarda sus mandamientos. El está dirigiendo, no a retoños aislados, uno aquí y otro allá, sino a un pueblo. La verdad es un poder santificador, pero la iglesia militante no es todavía la iglesia triunfante (Ibíd.). MV 365.1