El prejuicio existente contra la doctrina del advenimiento era una barrera casi imposible de cruzar para llegar a la gente; y tratar de enseñarles otra vez sin una luz clara y positivo en cuanto a la causa del chasco, sería inútil. Los creyentes adventistas mismos necesitaban tener sus propias almas inspiradas de nuevo con una comisión celestial, antes que se pudiera enseñar correctamente a la gente; ¿y cómo se haría esto? ¿Podría hacerse solamente con la sabiduría humana sola?, ¿o los que habían experimentado la profunda obra del Espíritu de Dios bajo el movimiento previo, satisfacerse con un sencillo razonamiento humano? Nada sino una obra como la del “mensaje del tercer ángel”21Apocalipsis 14:9-12. podría elevarlos por sobre sus perplejidades; y esto, paso a paso, a medida que podían recibirlo, se inició debidamente, con pruebas muy convincentes de que era de origen celestial. GMA 156.2