Aquí estaba el gran cuerpo del advenimiento, en un sentido, como ovejas sin pastor, miles de los cuales solo unas pocas semanas antes se habían separado de todas las iglesias y credos, y no había ninguna organización humana responsable por su bienestar espiritual. No tenían consejeros terrenales en quienes confiar: su confianza estaba solo en Dios. GMA 156.3
Sin embargo, tenían confianza en una cosa, y esto para ellos fue como un ancla: el tiempo de la proclamación era correcto.22Repasaron más cuidadosamente el cálculo de los 2.300 días, y no pudiéron encontrar errores. Pero como pueblo, estaban en una situación que, a menos que Dios los guiara y los guardara, estaban expuestos a aceptar falsas explicaciones, o a perder la “paciencia” y renunciar a su fe en su experiencia pasada. Y esto hicieron algunos; mientras otros, con el ojo fijo en aquel a quienes sus almas amaban, preguntaban sinceramente: “Guarda, ¿qué de la noche? Guarda, ¿qué de la noche? El guarda respondió: La mañana viene, y después la noche; preguntad si queréis, preguntad; volved, venid”.23Isaías 21:11, 12. GMA 156.4