En el estudio de la profecía hay ciertos hechos que deberían recordarse: Dios, que es infalible, es el autor de la profecía, y cuando llega el tiempo para el cumplimiento de una predicción, ocurrirá el mismo evento predicho. Por otra parte, como Dios, que tiene la facultad de ver de antemano exactamente lo que harán los hombres, especifica un tiempo cuando una cosa sucederá, cuando viene este tiempo, se realizará un verdadero cumplimiento de la profecía. En otras palabras, un cumplimiento falso de la profecía en el momento especificado para el cumplimiento verdadero, es una imposibilidad. En armonía con este axioma, podemos decir, cuando llega el tiempo de Dios para que su mensaje de verdad sea dado al mundo, el mensaje aparecerá cada vez. GMA 17.2
En cierta ocasión, cuando el que escribe había dado un discurso sobre el cumplimiento de la profecía, un incrédulo que estaba presente pasó adelante y dijo: “Debo felicitarlos a ustedes, los intérpretes de las profecías por ser muy afortunados. En su estudio de la historia, parecen encontrar muy fácilmente aquello que cuadra exactamente con la profecía”. “Sí --fue nuestra respuesta--, “queda bien porque fue hecha para quedar bien. Si usted fuera a una fábrica de guantes para comprar un par de guantes, ¿no esperaría encontrar aquellos que le ajustaran bien a sus manos?” Él replicó: “Por supuesto, lo haría, porque fueron hechos para ajustar bien”. “Por eso mismo --dijo el que escribe--, ese Dios que sabía precisamente lo que los hombres harían, hizo las predicciones con respecto a ellos, y cuando esos hombres subieron al escenario de la acción, e hicieron las mismas cosas que él predijo, el verdadero historiador hace un registro de sus acciones que, comparadas con la predicción, se ajustan exactamente”. GMA 17.3