La palabra “entonces”, con que se inicia la parábola, nos da un indicio del tiempo de su aplicación. Sigue de cerca lo que se ha dicho en el capítulo anterior, no después de la segunda venida del Señor, sino después que la parábola de la higuera ha sido proclamada, anunciando que la venida de Cristo está “a las puertas”, y que ha llegado la generación que no pasará hasta que Cristo mismo aparezca en las nubes del cielo. También se aplica a un tiempo cuando algunos de los siervos que han estado dando el mensaje dicen en su corazón: “Mi Señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos”. GMA 116.3