Querida Lucinda,
Una carta que recibí de mi esposo anoche me muestra que está más decidido que nunca a indicarme lo que debo hacer. He decidido no asistir a los congresos este año. Mi esposo puede hacer su obra solo. Estoy segura que lo hará. HD 266.3
Me escribe que Walling quisiera que le llevase los niños para que participaran del Centenario. Pero la última vez que viajaron costó cincuenta dólares. Si él quiere tenerlos debería venir a buscarlos. Podría enviárselos con el Hno. Jones, pero entonces no podría tenerlos más a mi cargo. Lleva mucho tiempo incluso preparar a los niños para un viaje. Jaime no se expresó en este sentido; solo me ha consultado si puede usar parte de Notas biográficas para la revista Signs of the Times [Señales de los Tiempos], y si puede usar el nombre de Israel Dammon en el artículo. Pienso que él estaría satisfecho de controlar mi cuerpo y alma si pudiera, pero eso no puede ser. A veces me parece que no está en su sano juicio; no sé. Que Dios pueda enseñarle, guiarlo y dirigirlo. Su última carta me ha afirmado en la decisión de permanecer de este lado de las montañas. HD 266.4
En sus cartas me ha escrito muy duramente acerca de Edson, pero no quiere que yo ni siquiera mencione el nombre de Edson en mis cartas. Yo le contesté, y aquí están mis propias palabras, porque él me devolvió la carta: HD 267.1
“Por favor, si estás feliz sé agradecido y no agites temas desagradables que sientes que debes escribirme a mí; no hagas referencia a estas cosas. Y cuando desees hacer declaraciones con relación a tu propio hijo, deja la pluma a un lado y no lo hagas. Pienso que el Señor estará más complacido y no lastimarás tu propia alma. Deja que el Señor me guíe en cuanto a la forma en que debo tratar a Edson; todavía confío que su mano puede guiarme y dirigirme. Su mano guiadora es mi confianza”. HD 267.2
Él se ha sentido llamado a prevenirme del peligro de dejarme guiar o engañar por Edson. También se ha sentido llamado a advertirme que debo cuidarme de la Hna. Willis, de ir a Petaluma, etc. Espero que cuando mi esposo se vaya no se lleve a Dios consigo y nos deje caminando a la luz de nuestros propios ojos y en la sabiduría de nuestros propios corazones. HD 267.3
En su última carta nuevamente me repite que no quiere que le haga comentarios acerca de lo que él escribe. Aquí están sus declaraciones: HD 267.4
“Puedes estar segura que ninguna de estas cosas me hunden ni en la medida de un cabello. Me gustaría encontrarme contigo y con Mary en el congreso de Kansas, siempre y cuando me trates al mismo nivel que tú misma, a no ser que tengas una directa revelación del Señor. Estaré contento de trabajar contigo, pero pienso que si se me ha dado la responsabilidad de supervisar toda la obra, sería incorrecto si dependiera de las opiniones privadas de cualquier otra persona. En ese caso estaría dependiendo de la infalibilidad de otros. Si no puedo tomar mis propias decisiones, entonces debería cortésmente dejar mis responsabilidades. No quiero tener más controversias con mi querida esposa. Ella puede tener su forma de ver las cosas, y si no le gusta mi posición con referencia a Edson, ¿será que puede guardarse su opinión para sí misma y dejarme gozar de la mía? Tus comentarios me han sonsacado. Tú no puedes soportar mis declaraciones, pero yo sí he tenido que hacerlo. HD 267.5
”Con relación a si debes venir a Kansas, no estoy ansioso en lo más mínimo. A juzgar por la última página de tu carta, pienso que será mejor trabajar separados hasta que puedas dejar de lado tus esfuerzos de condenarme continuamente. Si tienes un mensaje del Señor para mí, espero estar dispuesto a temblar ante su palabra. Pero aparte de eso, debes considerarme como tu igual; de otra manera será mejor que trabajemos solos. HD 268.1
”No te preocupes de recordarme las cosas en las que no concordamos; ya las tengo en mi corazón. Pero mientras tenga que actuar, prefiero usar la vieja cabeza que Dios me ha dado, hasta que él mismo me muestre que estoy equivocado. Tu cabeza no calza bien sobre mis hombros; mantenla donde corresponde, y yo trataré de honrar a Dios usando mi propia cabeza. Estaré contento de tener noticias tuyas, pero no pierdas tu precioso tiempo y energías tratando de sermonearme en asuntos que son de tu opinión personal”. HD 268.2
Y hay una considerable cantidad adicional de comentarios del mismo tipo. Ahora, Lucinda, mi decisión está tomada; no voy a cruzar el país este verano. Me sentiría feliz de dar mi testimonio en los congresos, pero no puedo hacerlo sin temer otros resultados peores. HD 268.3
¿Me escribirás algo con referencia a estas cosas? ¿Por qué guardas silencio? ¿Cómo está la salud de James? Tuve un sueño con referencia a él que me dejó muy preocupada. ¿Cuál es tu idea acerca de los niños?—Carta 66, 16 de mayo de 1876. HD 268.4