Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Filipenses 4:19. AFC 223.2
Se pide que los hijos de Dios sean representantes de Cristo, y que expongan la bondad y la misericordia del Señor. Si tan solo manifestaran diariamente su bondad, se erigirían barreras alrededor de sus almas contra las tentaciones del maligno... AFC 223.3
Dios conoce nuestras necesidades y ha hecho provisión para satisfacerlas. El Señor tiene una tesorería con abundantes provisiones para sus hijos, y puede darles lo que necesitan en todas las circunstancias. ¿Entonces por qué no confiáis en él? Ha hecho preciosas promesas a sus hijos a condición de que obedezcan fielmente sus preceptos. No hay ninguna carga que no pueda quitar, ninguna tiniebla que no pueda disipar, ninguna debilidad que no pueda transformar en poder, ningún temor que no pueda apaciguar, ninguna aspiración digna que no pueda guiar y justificar. AFC 223.4
No debemos mirarnos a nosotros mismos. Cuanto más consideremos nuestras imperfecciones, tanto más fuerza tendremos para vencerlas. Debemos prestar un servicio gozoso a Dios. La obra de Satanás consiste en presentar al Señor como si no tuviera compasión y piedad... Llena la imaginación con falsas teorías acerca de Dios, y nosotros, en vez de espaciarnos en la verdad concerniente al carácter de nuestro Padre celestial, ocupamos nuestra mente con los conceptos erróneos de Satanás y deshonramos a Dios no confiando en él y murmurando contra él... AFC 223.5
Los que dudáis de la misericordia de Dios, mirad al Cordero de Dios, al Varón de dolores, que llevó vuestra aflicción y vuestro pecado. Es vuestro amigo. Murió en la cruz porque os amó. Se conmueve por vuestras flaquezas y os lleva ante el trono. En vista de su amor indecible, ¿no alentaréis en vuestro corazón esperanza, amor y gratitud? ¿No prestaréis un servicio gozoso a Dios?—The Review and Herald, 14 de enero de 1890. AFC 224.1