Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre! Juan 7:46. AFC 52.1
Se dice de las enseñanzas de Jesús: “Gran multitud del pueblo le oía de buena gana”. Marcos 12:37. “Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre”, declararon los alguaciles enviados para prenderle. Sus palabras consolaban, fortalecían y bendecían a los que anhelaban esa paz que solo él puede dar. ¡Oh cuán tierno y tolerante era Cristo! ¡Cuán llenas de compasión y ternura fueron sus lecciones para los pobres, los afligidos y los oprimidos!... AFC 52.2
Sus ilustraciones fueron tomadas de las cosas de la vida diaria, y tenían en sí una maravillosa profundidad de significado. Las aves del aire, los lirios del campo, la semilla, el pastor y las ovejas: con ellos ilustró Cristo verdades inmortales; y de allí en adelante, cuando sus oyentes veían esas cosas de la naturaleza, recordaban sus palabras... AFC 52.3
Las palabras de Cristo, tan consoladoras y animadoras para los que las escucharon, son también para nosotros hoy día. Así como un fiel pastor conoce y cuida a sus ovejas, así Cristo cuida a sus hijos. Conoce las pruebas y dificultades que rodean a cada uno... AFC 52.4
Cristo ha pesado cada aflicción humana, cada dolor humano. Ha llevado el peso del yugo de cada alma que quiere llevar su yugo con él. Conoce los dolores que sentimos en lo profundo de nuestro ser, y que no podemos expresar. Si ningún corazón humano simpatiza con nosotros, no necesitamos sentir que quedamos sin simpatía. Cristo conoce, y dice: Miradme, y vivid “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Mateo 11:28. He soportado vuestros pesares y llevado vuestros dolores. Encontráis la más profunda y rica simpatía en el tierno y compasivo amor de vuestro Pastor.—The Review and Herald, 18 de mayo de 1897. AFC 52.5