Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. Juan 10:14, 15. AFC 53.1
Jesús dice: “Conozco mis ovejas”. Consideremos esta declaración. Somos conocidos por Dios antes de que lo recibamos. “Conozco mis ovejas”. ¿Cómo se convierten las almas en ovejas de Cristo? Eligiendo recibirle. Pero Cristo las ha elegido antes. Conocía a cada una que respondería a su invitación y conocía a cada una que se inclinaría a recibirlo, pero que, debido a la oposición de las influencias populares, se apartaría de él. Juan dice a todos: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Juan 1:29. Los que oyeron la voz y contemplaron a Jesús como al Cordero de Dios, creyeron en él y llegaron a ser su propiedad por su propia elección. Pero... su elección de Jesús fue en respuesta a la invitación de él. El amor de Jesús nos fue expresado antes de que lo amáramos... AFC 53.2
A Jesús ha sido confiada toda la familia humana, como el rebaño de ovejas es confiado al pastor. Esas ovejas y corderos han de recibir un cuidado pastoral. Serán guardados por el fiel Pastor supremo, bajo el cuidado de fieles pastores subalternos. Y si ellos obedecen la voz del Pastor supremo, no serán dejados para que los devoren los lobos... AFC 53.3
Jesús dice: “Mis ovejas oyen mi voz... y me siguen”. Juan 10:27. El Pastor de Israel no arrea a su ganado sino que lo guía... AFC 53.4
La bella ilustración de (Apocalipsis 7) es un símbolo pastoral. “Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.” Apocalipsis 7:16, 17;.—Carta 20, 1895. AFC 53.5