No devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición. 1 Pedro 3:9. ELC 178.1
Resolved no complacer al enemigo permitiendo que palabras de crítica desfavorable os impulsen al desquite, u os depriman. Haced que los esfuerzos del enemigo fracasen, en lo que os atañe. Entonces el Señor se acercará a vosotros y os dará una rica medida de amor, paz y gozo, tan profunda y plena que aun en medio de la prueba de vuestra fe podréis dar triunfante testimonio de la verdad de la palabra de la promesa. Tendréis un sentimiento de la presencia divina. Los ojos de vuestro entendimiento serán alumbrados y veréis entonces claramente la verdad que a veces habéis visto sólo oscuramente... Llevaréis a todas partes con vosotros en la vida diaria el testimonio de que Cristo está formado en vosotros, la esperanza de gloria. ELC 178.2
Mirad constantemente a Jesús. Llevadle todos vuestros problemas. Nunca os entenderá mal. Es el refugio de su pueblo. Bajo la sombra de su protección no sufrirán ningún mal. Creed y confiad en él. No os entregará a los ladrones. Id a la fortaleza y aprended que el poder de Cristo para fortalecer y ayudar excede toda comprensión.—The Review and Herald, 5 de enero de 1911. ELC 178.3
Que la atmósfera que circunda vuestra alma sea dulce y fragante. Si luchareis contra la naturaleza humana egoísta, avanzaréis decididamente en la obra de vencer las tendencias al mal, heredadas y cultivadas. Mediante la paciencia, la tolerancia y la indulgencia lograréis mucho. Recordad que no podéis ser humillados por las palabras necias de algún otro, sino que cuando vosotros habláis neciamente os humilláis a vosotros mismos y perdéis una victoria que podríais haber ganado... ELC 178.4
La fuerza del cielo está a disposición de los que creen en Dios. El hombre que hace de Dios su confianza está defendido por una muralla infranqueable.—Carta 1, 1904. ELC 178.5