Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Génesis 2:24. ELC 206.1
Vosotros, hijos míos *De una carta de Elena de White a su hijo Edson y esposa, poco después de su casamiento., habéis entregado vuestros corazones el uno al otro; unidos dadlos enteramente, sin reservas, a Dios. En vuestra vida de casados, tratad de elevaros mutuamente. No os rebajéis a conversaciones y acciones triviales. Mostrad los altos y elevadores principios de vuestra fe santa en vuestra conversación diaria y en los caminos más privados de la vida. Sed siempre cuidadosos y tiernos en vuestros sentimientos mutuos. Ninguno de vosotros se permita, ni siquiera una vez, una burla, una broma o una censura para el otro. Estas cosas son peligrosas, hieren. Puede esconderse la herida pero existirá, y la paz habrá sido sacrificada y se habrá puesto en peligro la felicidad cuando podría habérsela conservado fácilmente. ELC 206.2
Hijo, ten cuidado de ti mismo y en ningún caso manifiestes la menor disposición que tenga sabor de espíritu dictatorial u opresor. Valdrá la pena que cuides tus palabras antes de hablar. Es más fácil que retirarlas o borrar después su impresión ... Habla siempre bondadosamente; nunca pongas en tu tono de voz lo que otros puedan tomar por irritabilidad. Modula aun el tono de tu voz. Que tu rostro y tu voz expresen tan sólo amor, cortesía y mansedumbre. Considera como una obligación emitir rayos de luz, pero nunca una nube. Ema será para ti todo lo que deseas si estás atento y no le das ocasión de sentirse angustiada y afligida, o de dudar de lo genuino de tu amor. Vosotros mismos podéis hacer vuestra felicidad o perderla. Podéis, tratando de conformar vuestra vida a la Palabra de Dios, ser veraces, nobles, elevados, y allanar el camino de la vida el uno al otro... ELC 206.3
Ceded mutuamente. Edson, no salgas siempre con la tuya... Que las mejores bendiciones del Cielo descansen sobre vosotros, queridos hijos, es la oración de vuestra madre.—Carta 24, 1870. ELC 206.4