Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios. 2 Corintios 6:1. RJ 194.1
Todos nuestros miembros deberían sentir un profundo interés por las misiones locales y extranjeras. Una gran bendición espiritual recaerá sobre ellos a medida que hagan esfuerzos con sacrificio para plantar el estandarte de la verdad en nuevos territorios. El dinero invertido en esta obra traerá ricos dividendos. Nuevos convertidos, gozosos por la luz recibida de la Palabra, darán a su vez de sus medios para llevar la luz a otros. RJ 194.2
El Señor está llamando a su pueblo a emprender diferentes líneas de obra misionera. Quienes transitan por caminos y vallados han de escuchar el salvador mensaje evangélico. Los miembros de iglesia han de hacer obra evangelizadora en los hogares de quienes entre sus amigos y vecinos todavía no han recibido la evidencia completa de la verdad... RJ 194.3
Que quienes se dediquen a esta obra hagan de la vida de Cristo su estudio constante. Sean intensamente fervientes, usando toda capacidad en el servicio del Señor. Preciosos resultados premiarán los esfuerzos sinceros y abnegados. Los obreros recibirán del gran Maestro la más alta educación de todas. RJ 194.4
Muchos del pueblo de Dios han de salir con publicaciones que contienen la luz de la verdad presente a lugares donde el mensaje del tercer ángel nunca ha sido proclamado. La obra del colportor evangélico que está imbuido del Espíritu de Dios, está cargada de posibilidades maravillosas para el bien. La presentación de la verdad, con amor y sencillez, de casa en casa, está en armonía con la instrucción que Cristo dio a sus discípulos cuando los envió en su primer viaje misionero. Por medio de cantos de alabanza a Dios, oraciones humildes y sinceras, y una presentación sencilla de la verdad bíblica en el círculo familiar, muchos serán alcanzados. El Obrero divino estará presente para infundir convicción en los corazones. “Yo estoy con vosotros todos los días” (Mateo 28:20), es la promesa. Con la seguridad de la permanente presencia de tal Ayudador, podremos trabajar con fe, esperanza y valor. RJ 194.5
Esta monotonía en nuestro servicio para Dios necesita ser quebrantada. Cada miembro de iglesia debería comprometerse en alguna línea de trabajo para Dios. Quienes están bien establecidos en la verdad vayan a lugares vecinos, y realicen reuniones, extendiendo una cordial invitación a todos. Haya en esas reuniones cantos melodiosos, oraciones fervientes y la lectura de la Palabra de Dios... RJ 194.6
Hay otros que pueden visitar los hogares de la gente, leyendo a los miembros de la familia sobre algún solemne y sencillo tema de la verdad bíblica... RJ 194.7
Hay quienes, por causa de los intensos deberes en el hogar... piensan que no pueden hacer nada para ayudar. Pero pueden animar a los que salen, y pueden dar de sus medios para ayudar a sostenerlos.—Manuscrito 150, de 1903. RJ 194.8