Estoy preocupada porque la mente de nuestros médicos se ocupa de muchas cosas que les impiden hacer la obra que Dios quisiera que desempeñaran como evangelistas. Por la luz que Dios me ha dado, sé que se necesita con urgencia al predicador lleno de vida, que sea consagrado, dedicado y que sepa cómo colocar su confianza en Dios. Necesitamos cien obreros donde ahora tenemos uno. Hay una gran labor que realizar antes que la oposición satánica nos cierre el camino y se pierdan nuestras oportunidades presentes para trabajar. El tiempo pasa rápidamente. Nuestras publicaciones son numerosas, pero el Señor llama a hombres y mujeres de nuestras iglesias, que tienen la luz, para que se dediquen a la obra misionera genuina. Que ellos con toda humildad ejerciten los talentos que Dios les ha dado para proclamar el mensaje que debe llegar al mundo en este tiempo. MM 319.3
Tengo la esperanza de que ejerzáis todas vuestras capacidades en esta obra. Presentad la importancia de la verdad presente desde el punto de vista del médico. El Señor ha declarado que el médico educado hallará entrada en nuestras ciudades donde otros no lo pueden hacer. Enseñad el mensaje de la reforma pro salud. Esto ejercerá una influencia en la gente. MM 320.1
Estudiemos la Biblia, y enseñemos las palabra de la verdad. Hagamos la misma obra que hicieron los apóstoles de Cristo; ofrezcamos oraciones por los enfermos, pues hay muchos que no pueden tener las ventajas de nuestros sanatorios. El Señor quitará enfermedades en respuesta a la oración. Los ministros del evangelio deben poder presentar el tema de la reforma pro salud en su sencillez. Si esta fase de la verdad para hoy se presenta de una manera clara, sencilla y cristocéntrica, tendrá un efecto sobre el pueblo. Habrá respuestas de parte de muchos corazones.—Carta 128, 1909. MM 320.2