Los talentos y conjeturas humanos han tratado de descubrir a Dios por medio de la investigación. Muchos han recorrido esta senda. El intelecto más alto puede utilizar su máxima capacidad en la elaboración de conjeturas referentes a Dios hasta que se desgaste; pero el esfuerzo será inútil, y permanecerá el hecho de que el hombre no puede encontrar a Dios por medio de la investigación. No se nos ha dado la tarea de resolver este problema. Todo lo que el hombre necesita saber y puede saber de Dios ha sido revelado en la vida y el carácter de su Hijo, el Gran Maestro. Al aprender más y más de lo que es el hombre, de lo que nosotros mismos somos a la vista de Dios, temeremos y temblaremos delante de Él. MM 123.2