La salud física perfecta es una de las más grandes ayudas para formar en la juventud caracteres puros y nobles, fortaleciéndolos para dominar el apetito y refrenar los excesos degradantes; y, por otra parte, estos mismos hábitos de dominio propio son esenciales para el mantenimiento de la salud. MJ 164.3
Es de la mayor importancia que los hombres y las mujeres sean instruidos en la ciencia de la vida humana, y en cuanto a los mejores medios de preservar y adquirir la salud. La juventud es, por excelencia, la época de almacenar los conocimientos que han de ponerse diariamente en práctica durante toda la vida. La juventud es la época para establecer buenos hábitos, para corregir los malos ya contraídos, para lograr y mantener el poder del dominio propio y trazar el plan y acostumbrarse a la práctica de ordenar todos los actos de la vida de acuerdo con la voluntad de Dios y el bienestar de nuestros semejantes [...]. MJ 164.4
Jesús no ignoraba las exigencias del cuerpo. Respetaba la condición física del hombre y sanaba a los enfermos y restauraba las facultades de quienes sufrían por su pérdida [...]. MJ 164.5