Los que quieren seguir verdaderamente a Cristo, deben dejarlo morar en el corazón y entronizarlo allí en forma absoluta. Deben representar el espíritu y carácter de Dios en su vida doméstica, y ser bondadosos y corteses con quienes se relacionan. MJ 234.2
Hay muchos niños que profesan conocer la verdad pero no tributan a sus padres el honor y afecto que se les debe, que manifiestan poco amor hacia ellos y no los honran cediendo a sus deseos o tratando de evitarles ansiedad. Muchos de los que profesan ser cristianos no saben lo que es “honra a tu padre y a tu madre”, y en consecuencia poco sabrán lo que significa “para que tus días se alarguen en la tierra que el Señor tu Dios te da”.1Éxodo 20:12. MJ 234.3
Nuestros jóvenes declaran abiertamente que se cuentan entre los que guardan los mandamientos de Dios, y sin embargo muchos de ellos descuidan y violan el quinto mandamiento, y por lo tanto no pueden recibir la rica bendición prometida a los que observan este precepto y honran a su padre y a su madre. MJ 234.4
Nunca entrarán en la tierra nueva, en la cual podrían vivir eternamente, a menos que se arrepientan de su pecado y reformen sus costumbres y su carácter mediante la gracia de Cristo. Los que no respetan y aman a sus padres no respetarán ni honrarán a Dios. Los que no soportan la prueba, los que no honran a sus padres temerosos de Dios, no obedecerán a Dios, y por lo tanto no pueden esperar entrar en la tierra prometida. MJ 234.5