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La recreación provista por la obra misionera MJ 270

Las horas que con tanta frecuencia se dedican a las diversiones que no refrigeran ni el cuerpo ni la mente, debieran dedicarse a visitar a los pobres, a los enfermos y a los dolientes, o a ayudar a algún necesitado.—Joyas de los Testimonios 2:514. MJ 270.4