Los jóvenes deberían buscar más fervientemente a Dios. La tempestad se avecina, y debemos prepararnos para afrontar su furia mediante el arrepentimiento para con Dios y la fe en nuestro Señor Jesucristo. El Señor se levantará para sacudir terriblemente la tierra. Veremos desgracias por todas partes. Miles de barcos serán arrojados a las profundidades del mar. Armadas enteras se hundirán, y las vidas humanas serán sacrificadas por millones. Estallarán incendios inesperadamente y no habrá esfuerzo humano capaz de extinguirlos. Los palacios de la tierra serán arrasados por la furia de las llamas. Serán cada vez más frecuentes los desastres ferroviarios; en las grandes vías de tránsito habrá confusión, choques y muerte sin la advertencia de un momento. El fin está cerca, el tiempo de gracia termina. ¡Oh, busquemos a Dios mientras puede ser hallado, llamémosle en tanto que está cercano! El profeta dice: “Buscad al Señor todos los humildes de la tierra, los que obedecéis sus mandatos. Buscad justicia, buscad mansedumbre. Quizá seáis protegidos en el día del enojo del Señor”.1Sofonías 2:3.—The Signs of the Times, 21 de abril de 1890. MJ 62.3