El amor es un principio activo; mantiene continuamente delante de nosotros el bien de los demás, y reprime nuestras acciones desconsideradas a fin de no fracasar en nuestro objetivo de ganar almas para Cristo. El amor no busca lo suyo. No impulsará a los seres humanos a buscar su propia comodidad y la complacencia del yo. El respeto que tributamos al yo muy a menudo impide el crecimiento del amor.—Testimonies for the Church 5:124 (1882). 1MCP 244.1