Cuando encontramos el descanso se abandona toda justicia propia, todo razonamiento hecho desde un punto de vista egoísta. El reposo perfecto en su amor está en una entrega completa, y en la aceptación de sus caminos [...]. Hagan lo que él les ha pedido, y estén seguros de que Dios hará todo lo que ha prometido [...]. ¿Han acudido a él, renunciando a sus asuntos, a su incredulidad y a su justicia propia? Vayan tal como son: débiles, desvalidos y listos para morir.—Nuestra Elavada Vocacion, 99 (1899). 2MCP 442.5