He quedado profundamente conmovida por las escenas que contemplé durante la noche. Algunos de mis hermanos hacían propuestas con las que no puedo concordar. Las declaraciones formuladas por ellos indican que están en una vía equivocada, y que carecen de una experiencia que podría protegerlos del engaño. Me afligió escuchar de parte de algunos de nuestros hermanos expresiones que no demuestran fe en Dios ni lealtad a su verdad. Se hicieron propuestas que, de ser llevadas a cabo, alejarían del camino angosto. 2MS 212.3
Algunos piensan que si se pagaran sueldos más elevados a hombres de talento superior, éstos permanecerían con nosotros, y entonces se realizaría más trabajo, en forma más aceptable, con lo que la causa de la verdad adquiriría una posición más destacada. 2MS 212.4
Uno que nunca yerra me instruyó con respecto a estos asuntos. Suponiendo que se adoptara este plan, pregunto: “¿Quién es competente para medir la utilidad y la influencia genuina de esos obreros?” Ningún hombre está calificado para juzgar la utilidad en el servicio de Dios. 2MS 212.5
La posición o el cargo que pueda tener una persona no constituyen en sí mismos una indicación de su utilidad en la causa de Dios. El desarrollo de un carácter cristiano mediante la santificación del espíritu es lo que le proporcionará influencia para el bien. En la estimación que Dios hace, el grado de su fidelidad es lo que determina el valor de su servicio. 2MS 212.6
Dios acepta únicamente los servicios de quienes participan de la naturaleza divina. Sin Cristo el hombre no puede hacer nada. Únicamente el amor a Dios y al hombre coloca a los seres humanos en terreno ventajoso frente a Dios. La obediencia al mandamiento divino nos capacita para llegar a ser colaboradores juntamente con Dios. El amor es el fruto que crece en el árbol cristiano, el fruto que es como las hojas del árbol de la vida para la sanidad de las naciones (Manuscrito 108, 1903). 2MS 213.1