Los obreros deberían levantarse para contemplar un horizonte más amplio. En el caso de muchos, la abnegación y el sacrificio personal están muertos, y por lo tanto es necesario volver a poner en vigencia estas características. Deben comprender que los sueldos más elevados que exigen están minando la tesorería del Señor. Están comprometiendo el dinero de Dios en intereses privados, y mediante sus acciones le están diciendo al mundo: “Mi Señor tarda en venir”. Mateo 24:48. ¿No debería cambiarse esto? ¿Quiénes están dispuestos a seguir el gran ejemplo del Obrero maestro?—Carta 120, 1899. 2MS 214.2
No habléis de vuestros sueldos reducidos. No cultivéis un gusto por vestidos o muebles costosos. Que la obra avance tal como empezó, con sencilla abnegación y fe. Estableced un nuevo orden de cosas.—Carta 94, 1899. 2MS 215.1