Si cuando estáis en apreturas financieras dejáis que vuestros obreros competentes se vayan para establecerse por su cuenta, dentro de poco tiempo desearéis tenerlos de vuelta. El asunto de las finanzas puede dirigirse muy bien si todos los obreros están dispuestos a recibir menos sueldo cuando escasean los recursos. Este es el principio que Dios me reveló para que fuese practicado en nuestras casas editoras. Habrá abundancia de trabajo y vuestra obra necesitará a estos mismos hombres. ¿No deberíamos estar todos dispuestos a restringir nuestros requerimientos en un momento cuando el dinero escasea tanto? 2MS 236.3
Mi esposo y yo trabajamos guiados por este principio. Dijimos: “La casa editora es una institución del Señor, de modo que economizaremos y reduciremos nuestros gastos hasta donde sea posible”. El Señor requiere abnegación de todos sus siervos para hacer avanzar su obra y llevarla al éxito. Que cada obrero haga lo mejor de su parte ahora para sostener y proteger nuestras casas editoras en ____________. ¿No pensáis que al Señor le agradará ver que este espíritu domina en nuestras instituciones? Debemos llevar los principios a la obra. Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”. Lucas 9:23. ¿Estamos listos para seguir a Cristo?—Carta 25, 1896. 2MS 236.4
Nuestras instituciones deben estar por completo bajo la supervisión de Dios. Fueron establecidas con sacrificio, y sólo con sacrificio podrá llevarse a cabo su obra.—Carta 129, 1903. 2MS 237.1
La sabiduría humana alejará de la abnegación y de la consagración, e inventará muchas cosas que tenderán a anular los mensajes de Dios.—The Review and Herald, 13 de diciembre de 1892. 2MS 237.2