Deberia convertirse en una parte del trabajo evangélico ayudar a los jóvenes promisorios que demuestren que el amor a la verdad y la justicia ejerce una influencia compelente sobre ellos, induciéndolos a dedicarse a la obra de Dios, como médicos misioneros, como colportores, o como evangelistas. Establézcase un fondo para llevar a cabo esta obra. Salgan luego, los que han recibido ayuda, para ministrar a los enfermos y a los dolientes. Esta obra ciertamente abrirá el camino para que el bálsamo de Galaad se aplique a las almas enfermas a causa del pecado (Manuscrito 35, 1901). 2MS 238.1