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La obra en pro de la salud OE 374

Se establecerán restaurantes higiénicos. ¡Pero con qué cuidado debe hacerse esta obra! Cada restaurante higiénico debe ser una escuela. Las personas relacionadas con él deben estar estudiando y experimentando continuamente, para perfeccionarse en la preparación de alimentos saludables. OE 374.3

En las ciudades, esta obra de instrucción puede llevarse adelante en una escala mucho mayor que en los lugares de menor importancia. Pero en cada lugar donde haya una iglesia, deben darse instrucciones acerca de la preparación de alimentos sencillos y sanos para consumo de aquellos que desean vivir de acuerdo con los principios de la salud. Y los miembros de la iglesia deben impartir a los habitantes de su vecindario la luz que reciben acerca de este tema.... OE 375.1

En muchos lugares se han de establecer escuelas culinarias. Esta obra puede principiar de una manera humilde, pero a medida que las cocineras inteligentes hagan cuanto puedan para ilustrar a otros, el Señor les dará habilidad y entendimiento. La palabra del Señor es: “No les impidáis; porque yo me revelaré a ellas como Instructor suyo.” Dios obrará con aquellos que lleven a cabo sus planes, enseñando a la gente cómo verificar una reforma en su régimen alimenticio por la preparación de alimentos saludables y baratos. Así quedarán los pobres animados a adoptar los principios de la reforma pro salud. Y esto contribuirá a que se vuelvan industriosos y aprendan a confiar en sus propios recursos. OE 375.2

Me ha sido mostrado que Dios ha estado enseñando a hombres y mujeres capaces a preparar de una manera aceptable alimentos sanos y apetitosos. Muchas de estas personas eran jóvenes, y las había también de edad madura. Me fué indicado que estimulase el establecimiento de clases culinarias en todos los lugares donde se está haciendo obra misionera médica. Todo incentivo que induzca a la gente a reformarse debe serle presentado. Hágase resplandecer sobre ella tanta luz como sea posible. Enséñesele a hacer todos los progresos que pueda en la preparación de la comida, y estimúlesela a impartir a otros lo que aprende.... OE 375.3

Del relato de los milagros que el Señor hizo al proveer vino para la boda y al alimentar la multitud, podemos aprender una lección de la más elevada importancia. El comercio de alimentos saludables es uno de los instrumentos que el Señor emplea para suplir una necesidad. El Proveedor celestial de todos los alimentos no dejará a su pueblo en ignorancia acerca de la preparación de los mejores alimentos para todos los tiempos y ocasiones.—Testimonies for the Church 7:110-114. OE 376.1

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Únicamente el método de Cristo dará verdadero éxito para alcanzar a la gente. El Salvador se mezclaba con los hombres como alguien que deseaba su bien. Les manifestaba simpatía, atendía a sus necesidades, y ganaba su confianza. Luego los invitaba así: “Sígueme.” OE 376.2

Es necesario acercarse a la gente por el esfuerzo personal. Si se dedicase menos tiempo a sermonear, y más al ministerio personal, se verían mayores resultados. Hay que aliviar a los pobres, cuidar a los enfermos, consolar a los tristes y afligidos por el duelo, instruir a los ignorantes, aconsejar a los inexpertos. Hemos de llorar con los que lloran, y regocijarnos con los que se regocijan. Acompañada del poder de la persuación, del poder de la oración, del poder del amor de Dios, esta obra no podrá quedar sin fruto.—The Ministry of Healing, 143, 144. OE 376.3