La obra del Señor es una, y su pueblo ha de ser uno. El no ha indicado que alguna parte del mensaje se lleve adelante independientemente o llegue a absorberlo todo. En todas sus labores, unió la obra médica misionera con el ministerio de la Palabra. Envió a los doce apóstoles, y más tarde a los setenta, a predicar el Evangelio. Les dio también poder para sanar a los enfermos y echar fuera demonios en su nombre. Así también los obreros del Señor deben hacer su obra. El mensaje que nos llega hoy, es: “Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló y les dijo: Recibid el Espíritu Santo”. Juan 20:21, 22. 6TPI 294.3
Satanás inventará cuantos planes pueda para separar a los que Dios procura unir. Pero no debemos permitir que sus ardides nos desvíen, Si la obra médica misionera se lleva a cabo como parte del Evangelio, los del mundo verán el bien que se está realizando; quedarán convencidos de su pureza y contribuirán para sostenerla. 6TPI 295.1
Nos estamos acercando al fin de la historia de este mundo, y Dios invita a todos a enarbolar el estandarte que lleva la inscripción: Aquí están “los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús”. Apocalipsis 14:12. Llama a su pueblo a trabajar en perfecta armonía. Pide a los que están empeñados en nuestra obra médica a unirse con el ministerio y a éste a cooperar con los obreros médicos misioneros; también invita a la iglesia a asumir el deber que le ha señalado mantener en alto: el estandarte de la verdadera reforma en su propio territorio, dejando libres a los obreros preparados y experimentados para que avancen hacia nuevos campos. Nadie debe pronunciar ninguna palabra desalentadora, porque eso agravia el corazón de Cristo y llena de alegría al adversario. Todos necesitan ser bautizados por el Espíritu Santo; todos deben evitar censurar y hacer observaciones despectivas; en cambio deben acercarse más a Cristo, para apreciar las pesadas responsabilidades que están llevando los que colaboran con él. “Avanzad juntos; avanzad juntos”, son las palabras de nuestro instructor divino. La unión hace la fuerza; en la división hay debilidad y derrota. 6TPI 295.2
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En nuestra obra en favor de los pobres e infortunados, necesitaremos ser precavidos, para evitar acumular responsabilidades que no podamos desempeñar. Antes de adoptar planes y métodos que requieran un gran uso de recursos, debemos considerar si tendrán la aprobación divina. Dios no aprueba que se fomente un ramo de trabajo en desmedro de los demás. Él desea que la obra médica misionera prepare el camino para la presentación de la verdad salvadora para este tiempo: la proclamación del mensaje del tercer ángel. Si esto se cumple, el mensaje no será eclipsado ni estorbado su progreso. 6TPI 295.3
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Lo que Dios requiere no son numerosas instituciones, grandes edificios, ni mucha ostentación; sino la acción armoniosa de un pueblo peculiar, un pueblo precioso, escogido por él. Cada uno debe ocupar su lugar, pensando, hablando y actuando en armonía con el Espíritu de Dios. Entonces, pero no antes, será la obra un todo completo y simétrico. 6TPI 296.1