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Reavivamientos Modernos

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    Podando las ramas

    ¡Oh, qué extraordinarios privilegios nos son acordados!RAM 45.1

    ¿No haremos los más fervientes esfuerzos para entrar en esta alianza con Cristo, por medio de la cual solamente se obtienen estas bendiciones? ¿No nos separaremos de nuestros pecados por la justicia y de nuestras iniquidades volviéndonos al Señor? El escepticismo y la incredulidad están muy difundidos. Cristo hizo la pregunta: “Cuando venga el Hijo del hombre, ¿hallará fe en la tierra?” Debemos albergar una fe viviente y activa. La permanencia de nuestra fe es la condición de nuestra unión.RAM 45.2

    Una unión con Cristo mediante la fe viva es permanente; toda otra unión debe perecer. Cristo primeramente nos escogió, pagando un precio infinito por nuestra redención; y el verdadero creyente elige a Cristo como lo primero, lo último y lo mejor en todo. Pero esta unión nos cuesta algo. Esa es una unión de completa dependencia en la cual debe entrar un ser orgulloso. Todos los que forman esta unión deben sentir su necesidad de la sangre expiatoria de Cristo. Deben pasar por un cambio de corazón. Deben someter su propia voluntad a la voluntad de Dios. Habrá una lucha con obstáculos externos e internos. Debe haber una obra penosa de separación así como una obra de unión o de enlace. El orgullo, el egoísmo, la vanidad, la mundanalidad—el pecado en todas sus formas—deben ser vencidos si queremos entrar en una unión con Cristo. La razón por la cual muchos encuentran la vida cristiana tan deplorablemente dura, la razón por la cual ellos son tan volubles y tan variables, es porque tratan de unirse con Cristo sin separarse primeramente de estos ídolos acariciados.RAM 45.3

    Después que se ha formado la unión con Cristo, puede preservarse sólo por oración ferviente y esfuerzo incansable. Debemos resistir, debemos negarnos, debemos conquistarnos a nosotros mismos. Por la gracia de Cristo, con valor, por la fe, por la vigilancia, podemos ganar la victoria.9Testimonies for the Church 5:228-231.RAM 46.1

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