Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents

Joyas de los Testimonios 1

 - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    Con el mundo en sus placeres

    La norma de la piedad es tan baja entre los que profesan ser cristianos, en general, que los que desean seguir a Cristo con sinceridad, hallan esto más difícil y trabajoso de lo que de otro modo sería. La influencia de los que profesan ser cristianos pero manifiestan un espíritu mundanal, perjudica a los jóvenes. Los más de los que profesan ser cristianos han suprimido la línea de demarcación entre los cristianos y el mundo; y aunque profesan vivir por Cristo, están viviendo para el mundo. Su fe ejerce poca influencia refrenadora sobre sus placeres; mientras que profesan ser hijos de la luz andan en obscuridad y son hijos de la noche y de las tinieblas.1JT 154.1

    Los que andan en tinieblas no pueden amar a Dios ni desear sinceramente glorificarle. No son iluminados para discernir la excelencia de las cosas celestiales, y por lo tanto no pueden amarla de veras. Profesan ser cristianos porque ello es considerado honorable, y no tienen que llevar cruz alguna. Sus motivos son a menudo egoístas. Las tales personas, que profesan ser cristianas, pueden entrar en un salón de baile y participar de todas las diversiones que éste proporciona. Otras no pueden ir tan lejos, pero asisten a fiestas, salidas campestres, exposiciones y otras diversiones. Y el ojo más avizor no lograría discernir en los tales cristianos profesos una sola señal de cristianismo. Uno no podría ver en su aspecto diferencia alguna entre ellos y el mayor incrédulo. El cristiano profeso, el disoluto, el que se burla abiertamente de la religión, y el que es francamente profano, todos se mezclan como un solo cuerpo, y Dios los considera uno en espíritu y práctica.1JT 154.2

    Una profesión del cristianismo, sin la fe y las obras correspondientes, no servirá de nada. Nadie puede servir a dos señores. Los hijos del maligno son los siervos de su señor, al cual se entregaron para obedecerle; son sus siervos, y no pueden ser siervos de Dios a menos que renuncien a todas sus obras. No puede ser inofensivo para los siervos del Rey celestial el tomar parte en los placeres y diversiones en que participan los siervos de Satanás, aun cuando repitan a menudo que las tales diversiones son inocentes. Dios ha revelado verdades sagradas y santas que han de separar a sus hijos de los impíos y purificarlos para sí. Los adventistas del séptimo día deben vivir conforme a su fe. Los que obedecen los diez mandamientos consideran el estado del mundo y las cosas religiosas desde un punto de vista completamente diferente del que tienen los que profesan ser cristianos, pero son amantes de los placeres, rehuyen la cruz y viven violando el cuarto mandamiento.1JT 155.1

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents