El avance de la obra
23 de abril de 1894
Dios requiere que se produzca un decidido avance en los diversos aspectos de la obra. Los trabajos realizados en relación con la causa de Dios deben caracterizarse por una precisión y exactitud mayores. No se han hecho esfuerzos diligentes, decididos y firmes para lograr la reforma que se necesita. Algunos de los que están relacionados con la causa están acercándose al fin de su vida, y todavía no han aprendido las lecciones de la Biblia como para sentir la necesidad de aplicarlas a su vida práctica. Han malgastado oportunidades, y generosas bendiciones han sido despreciadas porque ellos no quisieron cambiar.TM 181.1
Mi Guía dijo: “Elevad la norma en toda educación escolar. No debéis establecer una norma más baja. La disciplina debe ser mantenida. Enseñad a los jóvenes por precepto y ejemplo”. No ha habido demasiada severidad, sino por el contrario, ha habido suma debilidad en la acción. Pero los obreros no deben desesperar. Trabajad con el espíritu de Cristo, con la mente de Cristo para corregir los males existentes. Es natural que los obradores de maldad tengan la simpatía de los que son como ellos; pero los fieles pastores del rebaño tienen lecciones que aprender a fin de mantener una norma elevada, y sin embargo enseñar que la estrella de la esperanza todavía brilla. Trabajad con paciencia; pero reprended el pecado con firmeza, y no lo justifiquéis. El recurso de las mentiras dichas para cubrir el pecado debe ser desbaratado para que las almas pobres y engañadas no sigan marchando dormidas hacia su ruina eterna.TM 182.1
El mundo pronto ha de ser abandonado por el ángel de la misericordia, y las últimas siete plagas han de ser derramadas. El pecado, la vergüenza, el dolor y las tinieblas abundan por doquiera, pero Dios sigue concediendo a las almas de los hombres el precioso privilegio de cambiar las tinieblas por la luz, el error por la verdad, el pecado por la justicia. Sin embargo, la paciencia y la misericordia divinas no esperarán para siempre. Nadie piense que puede esconderse de la ira de Dios detrás de una mentira, porque Dios dejará al alma sin esa escapatoria. Los rayos de la ira de Dios pronto han de caer, y cuando él comience a castigar a los transgresores, no habrá tregua hasta el fin. La tormenta de la ira de Dios se está preparando, y quedarán en pie sólo aquellos que están santificados por la verdad en el amor de Dios. Ellos serán escondidos con Cristo en Dios hasta que la desolación haya pasado. El saldrá para castigar a los habitantes del mundo por su iniquidad, y “la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos”. Sea el lenguaje del alma:TM 182.2
Sálvame, Señor Jesús
de las olas, del turbión;
hasta el puerto de salud
guía tú mi embarcación.
Otro asilo aquí no hay,
indefenso acudo a ti;
mi necesidad me trae,
porque mi peligro vi.TM 183.1