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    Capítulo 6—La integridad del mensaje

    Hitos de verdad, experiencia y deber—Se ha querido que los adventistas reemplacen con mensajes de todo tipo la verdad que, punto por punto, había sido buscada con estudio y oración y confirmada por el poder milagroso del Señor. Pero los hitos, que nos han hecho lo que somos, han de ser conservados, y lo serán, como Dios lo ha indicado por medio de su Palabra y por el testimonio de su Espíritu. El requiere que nos aferremos firmemente, con la mano de la fe, a los principios fundamentales que están basados sobre una autoridad incuestionable.—Special Testimonies, Series B 2:59 (1904).OP 52.1

    Como pueblo hemos de estar firmes sobre la plataforma de la verdad eterna que ha resistido las pruebas y comprobaciones. Debemos asirnos de los seguros pilares de nuestra fe. Los principios de la verdad que Dios nos ha revelado son nuestro único y verdadero fundamento. Ellos nos han hecho lo que somos. El paso del tiempo no ha disminuido su valor.—Ibíd. 51 (1904).OP 52.2

    Ninguna de las ramas de la verdad, que han hecho del pueblo adventista del séptimo día lo que es, debe debilitarse. Tenemos los antiguos hitos de la verdad, la experiencia y el deber, y debemos permanecer firmes en la defensa de nuestros principios a plena vista del mundo.—Joyas de los Testimonios 2:372.OP 52.3

    Mover un bloque o una clavija—Vi que una compañía se mantenía de pie bien guardada y firme, negando su apoyo a los que querían trastornar la fe establecida del cuerpo [la iglesia]. Dios miraba con aprobación a esa compañía. Me fueron mostrados tres escalones: los mensajes de los tres ángeles. Dijo mi ángel acompañante: “¡Ay de aquel que mueva un bloque o una clavija de esos mensajes! La verdadera comprensión de esos mensajes es de importancia vital. El destino de las personas depende de la manera como sean recibidos”. Nuevamente se me hizo recorrer esos mensajes, y vi a cuán alto precio había obtenido su experiencia el pueblo de Dios. La obtuvo con mucho padecimiento y severo conflicto. Dios lo había conducido paso a paso hasta ponerlo sobre una plataforma sólida e inconmovible.—Primeros Escritos, 258, 259 (1858).OP 53.1

    El santuario, centro de ataques especiales—En el futuro se levantarán engaños de toda clase, y queremos una base sólida para nuestros pies. Queremos pilares sólidos para la construcción. Ni una clavija ha de quitarse de lo que el Señor ha establecido. El enemigo introducirá falsas teorías, tales como la doctrina de que no hay santuario. Este es uno de los puntos acerca de los cuales habrá una desviación de la fe. ¿Dónde encontraremos seguridad a menos que sea en las verdades que el Señor nos ha estado dando en los últimos cincuenta años?—The Review and Herald, 25 de mayo de 1905.OP 53.2

    Satanás está tratando continuamente de introducir suposiciones caprichosas respecto del santuario, degradando las maravillosas representaciones de Dios y del ministerio de Cristo para nuestra salvación, hasta ser algo que se adecue a la mente carnal. El quita su poder conductor de los corazones de los creyentes, y pone en su lugar teorías fantásticas inventadas para anular las verdades de la expiación, destruyendo nuestra confianza en las doctrinas que hemos tenido por sagradas desde que se dio por primera vez el mensaje del tercer ángel. De este modo quiere robarnos nuestra fe en el mismo mensaje que nos ha hecho un pueblo especial y ha dado los rasgos distintivos y el poder a nuestra obra.—Special Testimonies, Series B 7:17 (1905).OP 53.3

    Sé que la cuestión del santuario, tal cual la hemos sostenido durante tantos años, está basada en la justicia y la verdad. El enemigo es quien desvía las mentes. Le agrada cuando los que conocen la verdad se dedican a coleccionar textos para amontonarlos en derredor de teorías erróneas, que no tienen fundamento de verdad. Los pasajes de la Escritura así empleados están mal aplicados; no fueron dados para sostener el error sino para fortalecer la verdad.—Obreros Evangélicos, 318 (1915).OP 54.1

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