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    ¿Jugará usted con su matrimonio?

    La persona incrédula puede poseer un excelente carácter moral; pero el hecho de que no haya respondido a las exigencias de Dios y haya descuidado una salvación tan grande, es razón suficiente para que no se verifique una unión tal.5.Joyas de los Testimonios 575.CJE 89.1

    A veces se arguye que el no creyente favorece la religión y que como cónyuge es todo lo que puede desearse, excepto en una cosa, que no es creyente. Aunque el buen juicio indique al creyente lo impropio que es unirse para toda la vida con otra persona incrédula, en nueve casos de cada diez triunfa la inclinación. La decadencia espiritual comienza en el momento en que se hace el voto ante el altar; el fervor religioso se enfría, y se quebranta una fortaleza tras otra, hasta que ambos están lado a lado bajo el negro estandarte de Satanás. Aun en las fiestas de boda, el Espíritu del mundo triunfa contra la conciencia, la fe y la verdad. En el nuevo hogar no se respeta la hora de oración. El esposo y la esposa se han elegido mutuamente y han despedido a Jesús.CJE 89.2

    Al principio el cónyuge no creyente no se opondrá abiertamente, pero cuando se le presenta el asunto de la verdad bíblica a su atención y consideración, surge en seguida el sentimiento: “Te casaste conmigo sabiendo lo que era y no quiero que se me moleste. De ahora en adelante quede bien entendido que la conversación sobre tus opiniones particulares queda prohibida”. Si el cónyuge creyente manifiesta algún fervor especial respecto de su propia fe, ello tal vez pueda ser interpretado como falta de bondad hacia el que no tiene interés en la experiencia cristiana.6.Joyas de los Testimonios 576.CJE 89.3

    Los que piensan en casarse deben pesar cada sentimiento y cada manifestación del carácter de la persona con quien se proponen unir su suerte. Cada paso dado hacia el matrimonio debe ser acompañado de modestia, sencillez y sinceridad, así como del serio propósito de agradar y honrar a Dios. El matrimonio afecta la vida ulterior en este mundo y en el venidero. El cristiano sincero no hará planes que Dios no pueda aprobar.7.El Ministerio de Curación, 277.CJE 90.1

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