Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents

Hijas de Dios

 - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    La Sra. Henry, dirigente de la unión de mujeres por la temperancia

    La Sra. Henry, una de las dirigentes de la Unión de Mujeres por la Temperancia Cristiana, se convirtió al adventismo mientras era paciente de nuestro Sanatorio de Battle Creek. Aunque en ese tiempo la Hna. White vivía en Australia y no habían tenido la oportunidad de conocerse personalmente, rápidamente se hicieron amigas por correspondencia. El siguiente extracto de cartas de Elena G. de White dirigidas a la Sra. Henry, muestra el tipo de relación que puede existir entre las damas adventistas y las representantes de esta organización de temperancia.HD 124.2

    Me sentiré muy complacida cuando pueda sentarme a su lado y conversar acerca de los diversos incidentes en su experiencia. Tengo un ferviente deseo de conocerla, y no es imposible que aún en esta vida nos veamos cara a cara. Cuando supe de la gracia de Dios hacia usted, me sentí muy agradecida a mi Padre celestial por haber hecho que la luz de la verdad resplandeciera en las cámaras de su mente y en el templo de su alma. A través del océano Pacífico podemos tomarnos de la mano de la fe y gozar de dulce comunión. Me regocijo por las oportunidades que tiene de encontrarse con la gente. Alabo al Señor por lo que ha hecho por usted; porque el gran Médico, que nunca ha perdido un caso, la ha sanado y ahora tiene la oportunidad de contar a la gente su experiencia con el amante y bondadoso Redentor.—Manuscript Releases 7:155 (1898).HD 124.3

    Agradezco al Señor con toda mi alma y corazón, y con toda mi voz, por el hecho de que usted haya sido una dirigente prominente e influyente en la Unión de Mujeres por la Temperancia Cristiana. En la providencia de Dios, ha sido traída a la luz para obtener un conocimiento de la verdad [...]. Ahora usted debe traer esa luz y ese conocimiento a su trabajo, al relacionarse con mujeres cuyos corazones han sido suavizados por el Espíritu de Dios, y que están buscando la verdad como un tesoro escondido. Durante veinte años se me ha mostrado que la luz de la verdad llegaría a las damas relacionadas con la obra de temperancia. Sin embargo he visto con tristeza que muchas de ellas se están dedicando a la política, y se han opuesto a Dios. Han entrado en debates, cuestiones y teorías que no necesitaban entrar. Cristo dijo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. Juan 8:12.HD 125.1

    Creo firmemente que el Señor la está dirigiendo para que mantenga los principios de la temperancia claros y distintos, y en toda su pureza, en conexión con la verdad para estos últimos días. Aquellos que quieran hacer su voluntad, conocerán de la doctrina. El Señor ha designado que las mujeres aprendan de él la mansedumbre y humildad de corazón, y cooperen con el más grande Maestro que el mundo ha conocido. Cuando esto ocurra, no habrá luchas por la supremacía, ni orgullo por la opinión personal. Se comprenderá que la mente y la voz, y toda habilidad, no son más que talentos prestados, dados por Dios para ser utilizados en su obra, y para ser devueltos con creces al Dador de los mismos. Se espera que crezcamos en capacidad, en influencia y en poder, puestos los ojos en Jesús; y al hacerlo, seremos cambiados en su semejanza.HD 125.2

    El trabajo de la mujer es un poder en el mundo. Sin embargo, ese poder se pierde si al estar frente a la Palabra de Dios y escuchar un “así dice el Señor” se rehúsa a obedecer. La gran dificultad del alma es dejar de lado sus supuestas obras meritorias. No es fácil comprender lo que significa quitar al yo del puesto de honor en el servicio a Dios. Inconscientemente le damos prioridad a los atributos de nuestro carácter y a las opiniones de nuestra mente, aun ante la presencia de Dios, en nuestras oraciones, en nuestro culto y en nuestro servicio. No percibimos que somos absolutamente dependientes de la dirección del Espíritu Santo. Se espera que el yo haga una obra que simplemente no puede hacer. Este es el gran peligro de las mujeres que trabajan en la obra de temperancia.HD 125.3

    El Señor le pide que no se separe de la organización de temperancia. Ellas necesitan toda la luz que usted pueda darles. Y usted necesita aprender de Jesús, no de ellas. Ilumine ese camino con toda la luz que le sea posible. Usted puede estar de acuerdo con ellas en base a los principios puros y elevados que trajeron esa organización a la existencia. “He aquí”, dijo Cristo, “yo os envío como ovejas en medio de lobos”. Mateo 10:16. Si él envió a sus discípulos a tal misión ¿no podrá acaso trabajar a través de usted para abrir las Escrituras a quienes están en el error? Imprégnese de la fragancia del amor que Cristo ha revelado por la humanidad caída, y salga a enseñar la verdad tal como es en Jesús.HD 126.1

    Solo el Espíritu Santo es capaz de desarrollar en el corazón humano aquello que es aceptable a la vista de Dios. El Señor le ha dado capacidades y talentos que deben ser preservados incorruptibles en su simplicidad. Mediante Jesucristo usted puede hacer una buena obra. A medida que las almas se conviertan, únalas a sus esfuerzos por enseñar a las otras mujeres que quieren ser enseñadas a vivir y trabajar inteligentemente y en unidad.—Loma Linda Messages, 232-233; Carta 118, 1898.HD 126.2

    Mi hermana, estoy tan feliz que usted no haya cortado los lazos con la Unión de Mujeres por la Temperancia Cristiana. Puede ser que tenga que hacerlo, pero no todavía. Mantenga su posición. El Señor obrará con usted y le dará las palabras que deba hablar. Puede que vea cosas que usted no puede aprobar, pero no se desanime. Yo oro y confío que usted será revestida cada día de la justicia de Cristo.—Loma Linda Messages, 232-233; Carta 54, 1899.HD 126.3

    Mi hermana, espero que usted mantenga su influencia en la Unión de Mujeres por la Temperancia Cristiana a fin de atraer a muchas preciosas almas a la verdad. El Señor está llevando a muchas a examinar la verdad, y usted no debe desanimarse. Siembre sobre todas las aguas; y estas son buenas aguas sobre las cuales sembrar las semillas de la verdad. No hable públicamente de las doctrinas prominentes de nuestra fe. No sería sabio hacerlo en forma demasiado definida. El aceite de la gracia se derramará consciente e inconscientemente a través de su influencia y hará saber que usted tiene la luz de la vida. Y esta luz iluminará a otros mediante su testimonio positivo y directo en asuntos que son aceptados por todos. Esto tendrá una influencia notable.—Loma Linda Messages, 234; Carta 96, 1899.HD 126.4

    Su carta en la que me contaba su experiencia con la Unión de Mujeres por la Temperancia me dejó muy feliz. Cuando la leí, dije: “Gracias a Dios. Esta siembra tiene mucho valor”. Estoy contenta, muy contenta. Ciertamente el Señor ha abierto el camino; haga lo posible por mantenerlo abierto. Hay un trabajo que usted puede cumplir; preserve sus energías para tales esfuerzos. Asista a las reuniones importantes mientras pueda. Serán ocasiones difíciles, pero cuando el Señor pide a sus amados realizar una tarea especial, también envía a sus ángeles para que estén a su alrededor.HD 127.1

    Hay muchas preciosas almas que el Señor desea alcanzar con la luz de la verdad. Hay que ayudarlas a comprender las Escrituras. He sentido un intenso interés por las obreras de la organización de temperancia. Estas heroicas mujeres saben lo que significa mantener la individualidad. Desearía verlas victoriosas con los redimidos alrededor del gran trono blanco. Mis oraciones rogarán en su favor para que tenga la oportunidad de asistir a las grandes reuniones, y que su voz pueda ser oída en defensa de la verdad.HD 127.2

    No me atrevo a darle consejo acerca de cómo hacerlo. Usted conoce el terreno, y Cristo también lo conoce. Esté segura que él obrará con usted, por usted, y mediante usted.HD 127.3

    Debiera ser un gran motivo de ánimo en su trabajo el pensar en la compasión y tierno amor de Dios por aquellos que buscan la luz y oran para encontrarla. Debiéramos tener sesiones de oración para pedirle al Señor que abra el camino para que la verdad penetre en esa fortaleza donde Satanás quiere colocar su trono, y para que él disperse las sombras que el enemigo quiere echar sobre el camino de aquellos a quienes quiere engañar y destruir. Tenemos la promesa, que más bien es una seguridad, de que “la oración eficaz del justo puede mucho”. Santiago 5:16.—Loma Linda Messages, 234; Carta 231, 1899.HD 127.4

    El trabajo que usted está haciendo para ayudar a nuestras hermanas a sentir su responsabilidad individual ante Dios, es un trabajo bueno y necesario. Ha sido descuidado por mucho tiempo. Sin embargo, cuando se lo presenta en una forma clara, simple y definida, esperamos que las hermanas entiendan que las tareas del hogar, en lugar de ser descuidadas, deben ser hechas con mayor inteligencia. El Señor no nos pide colocar esta responsabilidad sobre aquellas que no aprecien el valor del alma humana [...].HD 127.5

    Cristo, nuestro Salvador, apreció la excelencia del alma. Hablando en forma general, a nuestras hermanas les ha sido difícil entender este tema, debido a la dimensión siempre creciente de sus familias y a sus pruebas. He deseado encontrar mujeres que pudieran actuar como educadoras para levantarlas por encima de sus desánimos y hacerles sentir que pueden hacer una obra para el Señor. Este esfuerzo que usted hace está trayendo rayos de luz a sus vidas, que a su vez se reflejan sobre otros corazones. Que Dios la bendiga a usted y a quienes se unirán con usted en esta gran obra [...].HD 128.1

    Mi hermana, si pudiéramos, deberíamos hablar a menudo a nuestras hermanas, e ir con ellas en lugar de decirles “id”. Llevadlas a sentir como nosotros debiéramos y a percibir con toda su fuerza el valor del alma humana. La idea de que se nos instruye para que, a su vez, lleguemos a ser instructores, debiera estar impresa en la mente de cada miembro de la iglesia.HD 128.2

    Creemos en la organización de la iglesia; pero eso no significa que debemos dictar la forma precisa en que la obra debe ser hecha. No podemos alcanzar todas las mentes con los mismos métodos. No debiéramos permitir nada que interfiera entre un siervo de Dios y otras almas. La obra se realiza individualmente: un creyente trabajando por un pecador [...].HD 128.3

    Mi hermana, enseñe estas cosas. Se han abierto muchos caminos frente a usted; utilice la oportunidad de dirigirse a grandes audiencias cada vez que pueda hacerlo. Use cada jota de influencia para introducir la levadura dentro de la masa. Cada hombre y cada mujer tiene una obra que hacer para el Maestro. Una consagración personal; una vida santificada para Dios, y el uso de métodos simples, van a lograr más que cualquier idea que se intente imponer por la fuerza [...].HD 128.4

    Enseñe a nuestras hermanas que la pregunta que deben hacer cada día es: “Señor, ¿qué quieres que haga?” Cada vaso consagrado a Dios recibirá diariamente una medida del santo aceite para que a su vez lo vacíe en otros vasos. Cada día debemos avanzar en nuestro carácter cristiano, y buscar las oportunidades de hacer la obra y la voluntad de Dios. Cada palabra hablada; cada trabajo realizado para Cristo, tendrá una influencia permanente. Hable las palabras que Dios ponga en sus labios y el Señor obrará con usted. No se desanime ni se frustre, aunque vea cosas que no puede aprobar. Oro y ruego que cada día pueda ser revestida de la justicia de Cristo.—The Review and Herald, 9 de mayo de 1899.HD 128.5

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents