Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents

La Voz: Su Educación y Uso Correcto

 - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    Capítulo 67—El uso equivocado de la voz en la música

    Un ruido desconcertante—Esas mismas cosas que habéis explicado que ocurrían en Indiana, el Señor me ha mostrado que volverían a ocurrir justamente antes de la terminación del tiempo de gracia. Se manifestará toda clase de cosas extrañas. Habrá vocerío acompañado de tambores, música y danza.VEUC 464.1

    El juicio de algunos seres racionales quedará confundido de tal manera, que no podrán confiar en él para realizar decisiones correctas. Y a esto consideran como la actuación del Espíritu Santo.VEUC 464.2

    El Espíritu Santo nunca se manifiesta en esa forma, mediante ese ruido desconcertante. Esto constituye una invención de Satanás para ocultar sus ingeniosos métodos destinados a tornar ineficaz la pura, sincera, elevadora, ennoblecedora y santificadora verdad para este tiempo. Es mejor no mezclar nunca el culto a Dios con música, que utilizar instrumentos musicales para realizar la obra que en enero pasado se me mostró que tendría lugar en nuestras reuniones de reavivamiento. La verdad para este tiempo, no necesita nada de eso para convertir a las almas. El ruido desconcertante aturde los sentidos y desnaturaliza aquello que, si se condujera en la forma debida, constituiría una bendición. El influjo de los instrumentos satánicos se une con el estrépito y el vocerío, con lo cual resulta un carnaval, y a esto, se lo denomina la obra del Espíritu Santo...VEUC 464.3

    No debería estimularse esta clase de culto. Este mismo género de influencia advino después de cumplida la fecha de 1844. Ocurrieron las mismas representaciones. Los hombres se agitaron, y fueron estimulados por un poder que pensaban era el poder de Dios.—Mensajes Selectos 2:41, 42.VEUC 465.1

    Una trampa satánica—El Espíritu Santo no tiene nada que ver con ese desorden perturbador, y esa barahúnda, que me fueron mostrados en enero pasado. Satanás trabaja en medio del estruendo y de la confusión producida por esa clase de música, la cual, si fuera dirigida debidamente, serviría para alabar y glorificar a Dios. El diablo hace que tenga el mismo efecto que la mordedura ponzoñosa de la serpiente.VEUC 465.2

    Las cosas que han ocurrido en el pasado, también acontecerán en el futuro. Satanás convertirá la música en una trampa, debido a la forma como es dirigida.—Mensajes Selectos 2:43.VEUC 465.3

    Hay cantos que hacen llorar a los ángeles—Pero hay una clase de reuniones sociales de un carácter completamente diferente, partidas de placer que han deshonrado nuestras instituciones y la iglesia. Estimulan el orgullo de la indumentaria y de la apariencia, la complacencia propia, la hilaridad y el espíritu trivial. Satanás es agasajado como un huésped honrado y toma posesión de los que patrocinan estas reuniones.VEUC 466.1

    Me fue mostrada una visión de una compañía tal, donde se habían congregado los que profesan creer la verdad. Uno estaba sentado frente a un instrumento de música, y se oían cantos que hacían llorar a los ángeles, que todo lo observaban. Había alegría, había risa grosera, había mucho entusiasmo y cierta clase de inspiración, pero la alegría era de la clase que sólo Satanás puede crear. Es un entusiasmo, y una infatuación de los cuales se avergonzarán todos los que aman a Dios. Prepara a quienes participen en ello, para los pensamientos y los actos profanos. Tengo motivos para creer que algunos de los que participaron en aquella escena, se arrepintieron de corazón de su actuación vergonzosa.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 323.VEUC 466.2

    Cantos frívolos y música popular—Me sentí alarmada, cuando vi por doquiera la frivolidad de hombres y mujeres jóvenes que profesan creer la verdad. Tal parece que Dios no está en sus pensamientos. Tienen la mente llena de tonterías. Su conversación es vana y vacía. Tienen el oído aguzado para la música y Satanás sabe qué órganos excitar para animar, monopolizar y hechizar la mente a fin de que Cristo no sea deseado. Les falta ese anhelo del alma por el conocimiento divino, por el crecimiento en la gracia.VEUC 466.3

    Se me mostró que los jóvenes deben decidirse por una norma más alta y hacer de la Palabra de Dios el líder de su consejo y su guía. Los jóvenes consideran con ligereza sus solemnes responsabilidades. La música introducida en sus hogares ha servido para apartar sus mentes de la verdad, en lugar de incitarlos a la santidad y la espiritualidad. Los cantos frívolos y la música popular moderna parecen compatibles con sus gustos. Los instrumentos de música han requerido tiempo que debería haberse dedicado a la oración.VEUC 467.1

    La música, cuando no se abusa de ella, es una gran bendición; pero cuando se hace de ella un uso equivocado, es una terrible maldición. Es excitante, pero no imparte ni la fuerza, ni el valor que el cristiano sólo puede encontrar en el trono de la gracia, cuando humildemente hace conocer sus anhelos, y con fuertes lamentos y lágrimas ruega por fortaleza divina para ser fortalecido contra las poderosas tentaciones del maligno. Satanás está llevando cautivos a los jóvenes. ¡Qué podría decir para conducirlos a que rompan su poder de infatuación! El es un diestro seductor atrayéndolos a la perdición.—Testimonies for the Church 1:496, 497.VEUC 467.2

    La música puede constituirse en ídolo—Las cosas eternas tienen poca importancia para los jóvenes. Los ángeles de Dios lloran, cuando escriben en el rollo las palabras y actos de profesos cristianos. Los ángeles rondan alrededor de las moradas. Allí están reunidos los jóvenes; se escucha el sonido de música instrumental y vocal. Allí están reunidos los cristianos, pero, ¿qué es lo que se escucha? Un canto, una cantinela frívola, apropiada para el salón de baile. He aquí a los ángeles puros recogiendo la luz que les rodea, y la obscuridad circunda a los que están en esa morada. Los ángeles se apartan de la escena. La tristeza se refleja en sus rostros. Mirad cómo están llorando. Esto lo he visto repetidas veces en todas las filas de guardadores del sábado, y especialmente en _____.VEUC 467.3

    La música ha ocupado las horas que debieran dedicarse a la oración. La música es el ídolo que adoran muchos profesos cristianos guardadores del sábado. Satanás no objeta la música, si él puede convertirla en un canal a través del cual ganar acceso a las mentes juveniles.VEUC 468.1

    Cualquier cosa contribuye con su propósito de apartar la mente de Dios y ocupar el tiempo que debiera ser dedicado a su servicio. El obra mediante los medios que ejercerán la influencia más fuerte, para mantener en una infatuación agradable al mayor número de personas posible, mientras están paralizados por su poder.VEUC 468.2

    Cuando se saca buen provecho de ella, la música es una bendición; pero muchas veces se convierte en una de las agencias más atractivas de Satanás para entrampar a las almas. Cuando se abusa de ella, conduce a los que no están consagrados hacia el orgullo, la vanidad y la insensatez. Cuando se le permite ocupar el lugar de la devoción y la oración, es una maldición terrible.VEUC 468.3

    Los jóvenes se reúnen para cantar, y aunque profesan ser cristianos, muchas veces deshonran a Dios y a su fe, mediante su conversación frívola y su elección de la música. La música sagrada no es compatible con su gusto. Me fueron señaladas las enseñanzas sencillas de la Palabra de Dios, que han sido pasadas por alto como inadvertidas. En el juicio todas estas palabras de inspiración condenarán a los que no las han tomado en cuenta.—Testimonies for the Church 1:505, 506.VEUC 469.1

    Placeres prohibidos—¡Cuánto contraste hay entre la antigua costumbre y los usos que con frecuencia se le da hoy a la música! ¡Cuántos son los que emplean este don especial para ensalzarse a sí mismos, en lugar de usarlo para glorificar a Dios! El amor a la música conduce a los incautos a participar con los amantes de lo mundano, en las reuniones de placer que Dios prohibió a sus hijos. Así, lo que es una gran bendición cuando se lo usa correctamente, se convierte en uno de los medios más certeramente empleados por Satanás para desviar la mente del deber y de la contemplación de las cosas eternas.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 644, 645.VEUC 469.2

    Ambición por la exhibición—Los espectáculos musicales, que conducidos apropiadamente no hacen daño, son muchas veces una fuente de mal. En el actual estado de la sociedad, con la baja moralidad existente, no sólo entre los jóvenes, sino también entre aquellos de más edad y experiencia, existe un gran peligro en volverse descuidados, y dar atención especial a los favoritos, creando así envidia, celos y conjeturas malignas. El talento musical muchas veces fomenta el orgullo y la ambición por la exhibición, y los cantantes dedican muy pocos pensamientos a la adoración a Dios. En lugar de conducir a las mentes a recordar a Dios, muchas veces lo que hacen es provocar su olvido.—Carta 6a, 1890.VEUC 469.3

    Consejos a los directores de coro—Fui llevada a algunos de sus ensayos de coro, y se me hizo leer los sentimientos existentes en el grupo que usted dirige. Había celos mezquinos, envidia, crítica y murmuración. Dios requiere un servicio prestado de todo corazón; el formalismo y el servicio prestado solamente de labios, son como bronce que resuena y címbalo que retiñe. Su canto tiene como finalidad la ostentación, y no la alabanza a Dios con el espíritu y el entendimiento. La condición del corazón revela la calidad de la religión del que profesa la piedad.—El Evangelismo, 369.VEUC 470.1

    La elección que Dios hace del canto—El canto forma parte tanto de la adoración de Dios en las reuniones religiosas como de los discursos, y cualquier rareza o peculiaridad cultivada atrae la atención de la gente, y destruye la impresión seria y solemne que debiera ser el resultado de la música sagrada. Cualquier cosa extraña y excéntrica en el canto, aparta de la seriedad y la santidad del servicio religioso.VEUC 470.2

    Los movimientos corporales son de poco provecho. Todo lo que está conectado de cualquier manera con el culto religioso debe ser dignificado, solemne e impresionante. Dios no se agrada cuando los ministros que profesan ser los representantes de Cristo lo representan mal, usando su cuerpo en actitudes teatrales, haciendo gestos indecorosos y vulgares, y gesticulaciones toscas y ordinarias. Todo esto divierte y excita la curiosidad de los que quieren ver cosas extrañas, raras y excitantes, pero estas cosas no elevarán las mentes y corazones de los que las vean.VEUC 471.1

    Lo mismo se puede decir del canto. Usted asume actitudes indecorosas. Usted pone en el canto todo el poder y el volumen de voz posible. Usted ahoga las más delicadas melodías y notas, de voces más musicales que la suya. Los que escuchan en la tierra y los que escuchan en el cielo, no perciben como melodía esos movimientos corporales, ni esa voz alta y áspera. Este tipo de canto es defectuoso y no es aceptable a Dios como un acorde musical perfecto, suave y dulce. Entre los ángeles, no hay tales exhibiciones como las que a veces he visto en nuestras reuniones. Esas notas y gestos ásperos no se ven entre el coro angelical. Sus cantos no rechinan en el oído. Son suaves y melodiosos y brotan sin el gran esfuerzo que yo he visto. No son forzados ni tirantes, ni requieren esfuerzo físico.VEUC 471.2

    El hermano S no se da cuenta de cuántos están asombrados y disgustados. Algunos no pueden reprimir pensamientos, no muy sagrados, ni sentimientos de frivolidad al ver los movimientos no refinados hechos durante el canto. El hermano S se exhibe a sí mismo. Su canto no ejerce influencia para someter el corazón, y conmover los sentimientos. Muchos han asistido a las reuniones y escuchado las palabras de verdad habladas desde el púlpito, que han convencido y solemnizado sus mentes; pero muchas veces la forma en que se ha dirigido el canto, no ha profundizado la impresión hecha. Las demostraciones y contorsiones del cuerpo, la apariencia desagradable de los esfuerzos extremados y forzados, ha parecido tan fuera de lugar para la casa de Dios, tan ridícula, que las impresiones serias hechas sobre las mentes han sido removidas. La opinión que los presentes tienen de quienes creen la verdad, no es de un concepto tan alto como el que tenían antes del canto...VEUC 471.3

    El [el hermano S] ha creído que cantar es lo más grande que se ha hecho en este mundo, y que él tenía la manera más grandiosa y maravillosa de hacerlo.VEUC 472.1

    Su canto está lejos de agradar al coro angelical. Imagínese a sí mismo formando parte de la orquesta angélica, elevando los hombros, haciendo énfasis en las palabras, moviendo el cuerpo y subiendo todo el volumen de su voz. ¿Qué clase de concierto y armonía habría allí, con semejante exhibición delante de los ángeles?VEUC 472.2

    La música es de origen celestial, y hay un gran poder en la música. Fue la música de la muchedumbre de ángeles lo que conmovió los corazones de los pastores en las llanuras de Belén, y recorrió todo el mundo. Es por intermedio de la música como nuestras oraciones se elevan hacia Aquel, que es la personificación de la pureza y la armonía. Es mediante la música y los cantos de victoria, que los redimidos finalmente recibirán la recompensa inmortal.VEUC 472.3

    Hay algo peculiarmente sagrado en la voz humana. Su armonía y su sumisión y expresión inspirada en los cielos, excede a cualquier instrumento musical. La música vocal es uno de los dones dados al hombre por Dios, un instrumento que no puede ser sobrepasado o igualado, cuando el amor de Dios abunda en el alma. Cantar con el espíritu y la comprensión, es también una gran adición a los servicios devocionales en la casa de Dios.VEUC 473.1

    ¡Cómo ha sido degradado ese don! Si fuera santificado y refinado, realizaría un gran bien al derribar las barreras de prejuicios, y la incredulidad de corazones indiferentes, y sería un medio para convertir almas. No es suficiente entender los rudimentos del canto, pero con la comprensión, con el conocimiento, debería haber una conexión tal con el cielo, que los ángeles cantaran por intermedio nuestro.VEUC 473.2

    Su voz se ha escuchado en la iglesia en un tono tan alto, tan áspero, acompañada de una serie de gestos que no son los de más gracia, que no se podían escuchar los acordes más suaves y argentinos, más parecidos a la música angelical. Usted ha cantado más para los hombres que para Dios.VEUC 473.3

    Cuando su voz se ha elevado en tono alto por encima de toda la congregación, usted ha estado consciente de la admiración que estaba provocando. Ha estado teniendo realmente un concepto tan superior de su canto, que hasta ha pensado que debía ser remunerado por el ejercicio de ese don.—Manuscrito 5, 1874.VEUC 474.1

    La tendencia a los extremos—No se debiera permitir que el canto aparte la mente de las horas de devoción. Si hay que dejar algo a un lado, que sea el canto. Una de las actuales tentaciones es llevar la práctica de la música a los extremos, prestando más atención a la música que a la oración. Por esta causa se han arruinado muchas almas. Cuando el Espíritu de Dios está despertando la conciencia y convenciendo de pecado, Satanás sugiere un ejercicio de canto o una escuela de canto que, conducida con ligereza y frivolidad, hace que la seriedad se disipe, y se apague todo deseo por el Espíritu de Dios. De esta manera, la puerta del corazón, que está lista a ser abierta a Jesús, se cierra y es obstaculizada con el orgullo y la terquedad, y en muchos casos, nunca más se vuelve a abrir.VEUC 474.2

    Por las tentaciones que acompañan estos ejercicios de canto, muchos, que una vez estuvieron convertidos verdaderamente a la verdad, han sido conducidos a separarse de Dios. Han elegido cantar antes que orar, asistir a escuelas de canto en lugar de asistir a reuniones religiosas, hasta que la verdad ya no ejerce su poder santificador en sus almas. Esa clase de canto es una ofensa para Dios.—The Review and Herald, 24 de julio de 1883.VEUC 474.3

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents