Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    Capítulo 21—La dirección divina a través de la oración

    Podemos aprender cuál es la voluntad de Dios a través de la oración—El Señor no obra en una forma casual. Buscadlo fervorosamente en oración. Él impresionará la mente y dará a conocer su voluntad. El pueblo de Dios debe ser educado para no confiar en las invenciones humanas y en las pruebas inciertas como medio para conocer la voluntad de Dios concerniente a ellos. Satanás y sus instrumentos siempre están listos para aprovechar cualquier oportunidad de alejar a las almas de los principios puros de la Palabra de Dios. La gente que sea guiada y enseñada por Dios no dará lugar a métodos que no estén respaldados por un “así dice el Señor”.—Mensajes Selectos 2:376.Or06 224.1

    Oremos pidiendo la dirección de Dios—Debéis educar el juicio para que no sea débil e ineficiente. Debéis orar en busca de dirección y confiar vuestros caminos al Señor. Debéis cerrar el corazón a toda necedad y pecado, y abrirlo a toda influencia celestial. Debéis emplear la mayor parte del tiempo y las oportunidades en el desarrollo de un carácter simétrico.—Hijos e Hijas de Dios, 285.Or06 224.2

    En cada familia debería haber una hora fija para los cultos matutino y vespertino. ¿No conviene a los padres reunir en derredor suyo a sus hijos antes del desayuno para agradecer al Padre celestial por su protección durante la noche, y para pedirle su ayuda y cuidado durante el día? ¿No es propio también, cuando llega el anochecer, que los padres y los hijos se reúnan una vez más delante de Dios para agradecerle las bendiciones recibidas durante el día que termina?—Joyas de los Testimonios 3:92.Or06 224.3

    Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: “Tómame ¡oh Señor! como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo y sea toda mi obra hecha en ti”. Este es un asunto diario. Cada mañana conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus planes a él, para ponerlos en práctica o abandonarlos según te lo indicare su providencia. Sea puesta así tu vida en las manos de Dios y será cada vez mas semejante a la de Cristo.—El Camino a Cristo, 69, 70.Or06 225.1

    Debéis aprender a mirar con la mente tanto como con los ojos. Debéis educar el juicio para que no sea débil e ineficiente. Debéis orar en busca de dirección y confiar vuestros caminos al Señor. Debéis cerrar el corazón a toda necedad y pecado, y abrirlo a toda influencia celestial. Debéis emplear la mayor parte del tiempo y las oportunidades en el desarrollo de un carácter simétrico.—Hijos e Hijas de Dios, 285.Or06 225.2

    La oración que pide la dirección divina puede ofrecerse en cualquier momento y lugar—No hay tiempo o lugar en que sea impropio orar a Dios. No hay nada que pueda impedirnos elevar nuestro corazón en ferviente oración. En medio de las multitudes y del afán de nuestros negocios, podemos ofrecer a Dios nuestras peticiones e implorar la divina dirección, como lo hizo Nehemías cuando hizo la petición delante del rey Artajerjes. En dondequiera que estemos podemos estar en comunión con él. Debemos tener abierta continuamente la puerta del corazón, e invitar siempre a Jesús a venir y morar en el alma como huésped celestial.—El Camino a Cristo, 99.Or06 225.3

    La facultad de orar como oró Nehemías en el momento de su necesidad es un recurso del cual dispone el cristiano en circunstancias en que otras formas de oración pueden resultar imposibles. Los que trabajan en las tareas de la vida, apremiados y casi abrumados de perplejidad, pueden elevar a Dios una petición para ser guiados divinamente. Cuando los que viajan, por mar o por tierra, se ven amenazados por algún grave peligro, pueden entregarse así a la protección del Cielo. En momentos de dificultad o peligro repentino, el corazón puede clamar por ayuda a Aquel que se ha comprometido a acudir en auxilio de sus fieles creyentes cuando quiera que le invoquen. En toda circunstancia y condición, el alma cargada de pesar y cuidados, o fieramente asaltada por la tentación, puede hallar seguridad, apoyo y socorro en el amor y el poder inagotables de un Dios que guarda su pacto.—Profetas y Reyes, 466, 467.Or06 225.4

    Los ángeles están cerca para proporcionar ayuda mientras oramos por la dirección de Dios—Como Natanael, necesitamos estudiar la Palabra de Dios por nosotros mismos, y pedir la iluminación del Espíritu Santo. Aquel que vio a Natanael debajo de la higuera, nos verá en el lugar secreto de oración. Los ángeles del mundo de luz están cerca de aquellos que con humildad solicitan la dirección divina.—El Deseado de Todas las Gentes, 114.Or06 226.1

    El mundo visible y el invisible están en estrecho contacto. Si pudiese alzarse el velo, veríamos a los malos ángeles ciñendo sus tinieblas en derredor nuestro, y trabajando con todas sus fuerzas para engañar y destruir. Los hombres perversos están rodeados, incitados y ayudados por los malos espíritus. El hombre de fe y oración confió su alma a la dirección divina, y los ángeles de Dios le traen luz y fuerza del cielo.—Joyas de los Testimonios 2:58.Or06 226.2

    El conocimiento de la verdad depende no tanto de la fuerza intelectual como de la pureza de propósito, la sencillez de una fe ferviente y confiada. Los ángeles de Dios se acercan a los que con humildad de corazón buscan la dirección divina. Se les da el Espíritu Santo para abrirles los ricos tesoros de la verdad.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 39.Or06 226.3

    Toda necesidad puede reclamarse en oración—Toda promesa de la Palabra de Dios viene a ser un motivo para orar, pues su cumplimiento nos es garantizado por la palabra empleada por Jehová. Tenemos el privilegio de pedir por medio de Jesús cualquier bendición espiritual que necesitemos. Podemos decir al Señor exactamente lo que necesitamos, con la sencillez de un niño. Podemos exponerle nuestros asuntos temporales, y suplicarle pan y ropa, así como el pan de vida y el manto de la justicia de Cristo. Nuestro Padre celestial sabe que necesitamos todas estas cosas, y nos invita a pedírselas. En el nombre de Jesús es como se recibe todo favor. Dios honrará ese nombre y suplirá nuestras necesidades con las riquezas de su liberalidad.—El Discurso Maestro de Jesucristo, 112, 113.Or06 227.1

    Los padres deben orar pidiendo la dirección divina—Padres, humillad vuestro corazón delante de Dios. Comenzad una obra cabal con vuestros hijos. Rogadle al Señor que os perdone vuestro descuido de su Palabra al desatender la preparación de vuestros hijos en la forma debida. Pedid luz y dirección, una conciencia sensible y un discernimiento claro para que podáis ver vuestros errores y faltas. Dios oirá oraciones tales que emanen de un corazón humilde y contrito.—Conducción del Niño, 527, 528.Or06 227.2

    Los que estén dispuestos a ser guiados podrán conocer la voluntad divina—El Señor revela su voluntad a aquellos que estén sinceramente dispuestos y deseosos de ser guiados. El motivo de su incompetencia es que han perdido el deseo de conocer y hacer la voluntad de Dios, y entonces no conocen nada en forma segura.—Testimonies for the Church 3:466.Or06 227.3

    Escudriñemos las Escrituras con oración pidiendo la dirección divina—Los que no quieren aceptar las verdades claras y contundentes de la Biblia están siempre buscando fábulas agradables que tranquilicen la conciencia. Mientras menos apelen a la espiritualidad, a la abnegación y a la humildad las doctrinas presentadas, mayor es la aceptación de que gozan. Esas personas degradan sus facultades intelectuales para servir sus deseos carnales. Demasiado sabias en su propia opinión para escudriñar las Santas Escrituras con contrición y pidiendo ardientemente a Dios que las guíe, no tienen escudo contra el error. Satanás está listo para satisfacer los deseos de sus corazones y poner las seducciones en lugar de la verdad.—El Conflicto de los Siglos, 577, 578.Or06 227.4

    Confíe en Dios y él enderezará su camino—Muchos son incapaces de idear planes definidos para lo porvenir. Su vida es inestable. No pueden entrever el desenlace de los asuntos, y esto los llena a menudo de ansiedad e inquietud. Recordemos que la vida de los hijos de Dios en este mundo es una vida de peregrino. No tenemos sabiduría para planear nuestra vida. No nos incumbe amoldar lo futuro en nuestra existencia. “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir por heredad; y salió sin saber a dónde iba”. Hebreos 11:8.Or06 228.1

    Cristo, en su vida terrenal, no se trazó planes personales. Aceptó los planes de Dios para él, y día tras día el Padre se los revelaba. Así deberíamos nosotros también depender de Dios, para que nuestras vidas sean sencillamente el desenvolvimiento de su voluntad. A medida que le encomendemos nuestros caminos, él dirigirá nuestros pasos.Or06 228.2

    Son muchos los que, al idear planes para un brillante porvenir, fracasan completamente. Dejad que Dios haga planes para vosotros. Como niños, confiad en la dirección de Aquel que “guarda los pies de sus santos”. 1 Samuel 2:9. Dios no guía jamás a sus hijos de otro modo que el que ellos mismos escogerían, si pudieran ver el fin desde el principio y discernir la gloria del designio que cumplen como colaboradores con Dios.—El Ministerio de Curación, 380.Or06 228.3

    Si os habéis entregado a Dios, para hacer su obra—dice Jesús—, no os preocupéis por el día de mañana. Aquel a quien servís percibe el fin desde el principio. Lo que sucederá mañana, aunque esté oculto a vuestros ojos, es claro para el ojo del Omnipotente.Or06 228.4

    Cuando nosotros mismos nos encargamos de manejar las cosas que nos conciernen, confiando en nuestra propia sabiduría para salir airosos, asumimos una carga que él no nos ha dado, y tratamos de llevarla sin su ayuda. Nos imponemos la responsabilidad que pertenece a Dios y así nos colocamos en su lugar. Con razón podemos entonces sentir ansiedad y esperar peligros y pérdidas, que seguramente nos sobrevendrán. Cuando creamos realmente que Dios nos ama y quiere ayudarnos, dejaremos de acongojarnos por el futuro. Confiaremos en Dios así como un niño confía en un padre amante. Entonces desaparecerán todos nuestros tormentos y dificultades; porque nuestra voluntad quedará absorbida por la voluntad de Dios.—El Discurso Maestro de Jesucristo, 85.Or06 229.1

    Eleazar pidió, y recibió, la dirección divina—Acordándose de las palabras de Abrahán referentes a que Dios enviaría su ángel con él, rogó a Dios con fervor para pedirle que le dirigiera en forma positiva. En la familia de su amo estaba acostumbrado a ver de continuo manifestaciones de amabilidad y hospitalidad, y rogó ahora que un acto de cortesía le señalase la doncella que Dios había elegido.Or06 229.2

    Apenas hubo formulado su oración, le fue otorgada la respuesta. Entre las mujeres que se habían reunido cerca del pozo, había una cuyos modales corteses llamaron su atención. En el momento en que ella dejaba el pozo, el forastero fue a su encuentro y le pidió un poco de agua del cántaro que llevaba al hombro. Le fue concedido amablemente lo que pedía, y se le ofreció sacar agua también para los camellos, un servicio que hasta las hijas de los príncipes solían prestar para atender a los ganados de sus padres. Esa era la señal deseada.—Patriarcas y Profetas, 169, 170.Or06 229.3

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents