Enfermeros evangelistas
Nuestro ejemplo es Jesucristo, el gran Médico misionero. De él se dice: “Y rodeó toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo”. Mateo 4:23. El sanaba a los enfermos y predicaba el Evangelio. En su obra, la curación y la enseñanza se unían estrechamente. Estas dos cosas no deben ser separadas hoy.9TPI 136.6
Los enfermeros formados en nuestras instituciones deben ser preparados para trabajar como misioneros médicos evangelistas, uniendo el ministerio de la palabra al de la curación física.9TPI 137.1
Nuestra luz debe brillar en medio de las tinieblas morales. Muchos de los que están hoy en las tinieblas verán que hay una esperanza de salvación para ellos, cuando perciban un destello de la luz del mundo. Tal vez que vuestra luz sea pequeña; pero recordad que es Dios quien os la ha dado, y que él os tiene por responsables de hacerla brillar. Es posible que alguien encienda su antorcha en la vuestra, y que su luz sea el medio de sacar a otras personas de las tinieblas.9TPI 137.2
En todo nuestro derredor se abren puertas para servir. Debemos llegar a conocer a nuestros vecinos y esforzarnos por atraerlos a Cristo. Cuando obremos así, tendremos la aprobación y colaboración de él.9TPI 137.3