Un llamado a la abnegación
Debiera idearse todo medio posible para establecer escuelas del tipo de Madison en diversas partes del sur, y aquellos que prestan sus recursos y su influencia para ayudar en esta obra, están ayudando la causa de Dios. Se me ha instruido a decir a aquellos que tienen recursos disponibles: Ayuden a la obra en Madison. No tienen tiempo que perder. Satanás pronto se levantará para crear estorbos; permitan que la obra siga adelante mientras pueda hacerlo.EEC 142.5
Fortalezcamos a este grupo de educadores para que continúen la buena obra en que están ocupados, y trabajen para animar a otros para que hagan una obra similar. Entonces la luz de la verdad serán llevada de una manera sencilla y efectiva, y se hará una grande obra para el Maestro en poco tiempo.EEC 143.1
Cuando Dios favorece a alguno de sus siervos con ventajas mundanales, es para que use esas ventajas para el beneficio de otros. Hemos de aprender a estar contentos con alimentos y vestimenta sencillos, para que se puedan ahorrar muchos recursos para invertir en la obra del evangelio.EEC 143.2
Nuestra falta de abnegación, el negarnos a ver las necesidades de la causa para este tiempo, y a responder a ellas, demanda el arrepentimiento y la humillación delante de Dios. Es un pecado para quien conoce la verdad de Dios cruzar los brazos y dejar su obra para que la haga otro. El evangelio de Cristo demanda una consagración entera. Levántense nuestros miembros de iglesia para asumir sus responsabilidades y privilegios. Que hablen menos sobre la indulgencia propia y adornos innecesarios. El dinero así gastado es del Señor, y hace falta para realizar una obra sagrada en su causa. Eduquen a los niños a hacer obra misionera, y a traer sus ofrendas a Dios. Despertemos al carácter espiritual de la obra en la cual estamos ahora ocupados. Este no es momento para entretejer debilidad en nuestra experiencia.EEC 143.3